31 de enero de 2010

Todo en Otra Parte - Carolina Sanín



Quizás algunas historias colombianas deban ser contadas en formas inverosímiles, en realismos mágicos, en tiempos remotos o en contextos casi descontextualizados de la realidad, para que no duelan tanto, eso es, para que no duelan tanto. Como una prueba psicoanalítica donde le piden al paciente que relate historias que se le ocurran inmediatamente  a partir de un dibujo que ve, y según dice el funcionamiento de tal prueba si la historia es contada en un pasado muy lejano o con mucha fantasía es porque el paciente debe tener algún tipo de relación bastante conflictiva con el asunto narrado y el significado del dibujo, o no es muy consciente de tal asunto porque precisamente le duele de sobremanera.

Leer ese libro, Todo en Otra Parte, fue realmente difícil, al final lo acabé solo por mi incapacidad de empezar un libro y no acabarlo, y cada hoja que pasaba pensaba ponerle un calificativo bien negativo, pero al final,  ya no sé ni que pensar exactamente de este libro, o bueno si sé, pero no en términos de darle una evaluación positiva o negativa.

Dicen teorías o hipótesis psicológicas o neuropsicológicas que la gente pierde la memoria después de un evento determinado, porque tal evento ha sido de una magnitud tan dolorosa para quien lo vivió, que ni el mismo cerebro o ni la misma persona se permite recordarlo, y como la memoria es algo tan complejo y tan confuso fisiológicamente o funcionalmente tan difícil de explicar, no solo se pierde a veces la memoria del evento doloroso sino la memoria de ciertos tiempos del pasado.

Los desmemoriados, por lo general, o los desmemoriados a medias (memoria retrograda o Alzaimer) hablan de una forma, para mi, espeluznante, narran hechos y situaciones como desconectados de una realidad y sobretodo desconectados de una emocionalidad, dicen cosas como por ejemplo en el libro “y le sacaron el bebe muerto de adentro” o “una mano le olía a piscina y otra  a vagina” o “le puse la lengua contra el paladar para que no se la tragara” o “unos despertaron vivos y otros muertos”, etc, etc. Y así, en esta historia todo es contado como si “no pasara nada”, como si todo fuera indiferente, pasajero, “normal”, sin exaltaciones, con una emocionalidad totalmente plana, como cuando un robtsito cuenta una historia, como el locutor-maquina de trasmilenio que dice “próxima parada Marly” y así. O como cuando los niños hablan de la muerte, o las heridas o la sangre o el sexo, hablan con una inocencia que asusta e incómoda.

Me deja un nudito en la garganta este libro, otra vez vuelvo y pienso que la vida o eso que uno cree que es la vida, puede ser pisoteado en un instante por no sé qué o no sé quién: la guerra? La muerte intrusiva y violenta? La violencia? El poder extremo? Las armas, la sangre, el miedo? Las bombas, los secuestros, las masacres?. Y de pronto todo eso que pensábamos que era vida se convierte en una historia inverosímil, indiferente, sin sentido, como si por ejemplo el amor, el trabajo o los amigos (esas cosas tan simples pero tan fundamentales de las que está compuesta la vida) pasaran ser hormiguitas que pasan por ahí nada mas, y ya nada fuera importante, y ya nada tuviera sentido, y ya nada valiera, como si la vida misma se conviertiera en un cuento pendejo de niños, nada de lo que antes daba sentido a la vida.

Así quizá sea un poco este libro: una narración de una vida que ya no es vida, que alguna vez fue vida, pero que de pronto perdió toda su coherencia, su sentido, su emoción y su valor. Así es, todo que en otra parte.

23 de enero de 2010

Me llevé puro miedo de castración, de esa casa

Ayer fui a la casa de Jorge Eliecer Gaitán, y fue toda una experiencia para mí. He de decir que me siento como una despatriada voluntaria o como una indiferente de la propia patria y su historia, sea como sea su historia, aburridísima u horrorífica.


Este interés por la historia de un país propio se le deberé a alguien, mas no a mí misma y aprovecho para darle mi agradecimiento. Alguien a quien le gustan los objetos viejos, las casas viejas y la arquitectura vieja y por supuesto la historia. Y yo no soy, no soy de esas personas, no quiero tener objetos viejos, aunque la estetica lo antiguo me parezca hermosisima y me guste mucho, prefiero fotografiarlo no más, pero que no tenga nada que ver conmigo. Y no se hasta que punto eso este bien o mal, ser tan desarraigado de la propia historia y de la historia del propio país de paso. Y bueno hay pasados que duelen demasiado y lo único que uno quiere es destruirlos, y cuando el pasado se convierte en una figura tan desagradable, también te vuelves indiferente a otra clase de pasados (una colombianada muy picha esta la mía), habrá que empezar arelacionarse con el pasado de una forma no destructiva.


Pero a mí, ir a esa casa, me dio una melancolía extraña, que solo asimilé a la hora dormir y que no me dejó dormir muy bien. Se me venían a la cabeza una y otra vez las imágenes de ese cuarto matrimonial azul, oscuro y antiguo, y las del pequeño cuarto rosado lleno de muñecas antiguas y un olor a viejo apestante. Cuando salí de la casa no pude saber exactamente cuál era el sentimiento que se respiraba en ella, pero No era ese sentimiento que he percibido en otras casas antiguas de Teusaquillo vacías y abandonadas. Esa casa era como si algo hermoso y grande se hubiese quedado detenido en el tiempo para pudrirse, como cuando uno tiene un pan delicioso para comerse y alguien llega te corta un pedazo de un tacazo y te dice ese otro pedazo delicioso de pan No te lo comerás, ese otro pedazo se quedara ahí para pudrirse en el tiempo.


Y anoche sentía miedo, pero no miedo de una casa antigua, sentía un miedo personal, el miedo de la frustración, el miedo de que me quiten algo, el miedo de que de pronto me quede sin mis anhelos, sin mis sueños, sin mis seres amados, y el miedo e quedarme estancada por una perdida.


Y no tengo idea de si alguien de esa familia se quedó estancado, pero en ese cuarto matrimonial hermoso y olvidado, oscuro no se si por el tiempo o por la luz, fino y en decadencia, se respira pura frustración y ganas de olvidar, y en el cuarto rosado de una niña de diez años, se respira un “no entendimiento”, un orden estricto y la esperanza confusa y envenenada de no sé qué.


En esa casa hubo gloria, hubo altísimas ilusiones, hubo felicidad en medio de la dificultad de las grandes ambiciones, pero de pronto sin saberlo todo fue cortado con un cuchillo muy afilado para desangrarse en el tiempo, y de la belleza, y de la ilusión, y de los sueños, solo quedan cosas que se pudren con el tiempo. Una gran castración, una gran castración, en el país donde se castran los deseos.


Creo que me llevé de esa casa el miedo a la frustración repentina. Y no es solo melancolía lo que se siente, se siente mucha tristeza y No por Jorge Eliecer Gaitán (en su estudio solo se respira un pasado trabajado arduamente y descontinuado), se siente tristeza por lo que pudo haber sido de esa familia y esa casa, de su esposa y su hija, que pueden ser la representación de lo que hubiera podido ser de esta sociedad que se va pudriendo cada día mas.


Fotos no tomé porque no dejaban y si pudiera no sé si lo haría y aunque no quiera la verdad, quizá sea una buena forma de empezar a relacionarme no destructivamente, ni temerosamente con el pasado por más doloroso que sea este.

Y no se los demás, pero cuando se trata de sentir cosas en casas antiguas yo me mando una alta sensibilidad, para eso y muchas otras cosas mas, y no me la voy a negar, mi sensibilidad a veces exaservada, la uso para este tipo de cosas tambien.

3 de enero de 2010

Libros del 2009


 


Libros del 2009 con calificación de uno a cinco.

1.      Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. 5.
2.      Del Amor y Otros Demonios. Gabriel García Márquez. 5
3.      Negra espalda del tiempo de Javier Marías. 3
4.      Ulises de James Joyce. Inacabado. 5
5.      Emma de Jane Austen. 4
6.      La casa de los Encuentros de Martin Amis. 5
7.      La guerra contra el Cliche de Martin Amis. 3.5
8.      Estrella Distante de Roberto Bolaño. 5
9.      Harry Potter and the Deathly Hallows. J.K. Rowlling. 4.
10.   Dublineses de James Joyce 5.
11.   El beso de la Mujer araña Manuel Puig. 3.
12.   El Viajero del siglo de Andres Neuman. 4.
13.   Ciega a Citas de Carolina Aguirre. 3
14.   Vampyr de Carolina Andújar. 3,5
15.   Amor Perdurable de Ian McEwan. 4



- Autores Mujeres 5 de 15 muy bien, podría aumentar, debe aumentar: Austen 2, Aguirre, Andújar, Rowlling.


- Autores latinoamericanos o hispanoparlantes 7 de 15, muy bien:  Marías, Puig, Bolaño, Andújar, Aguirre, Neuman, Marquez.


- Autores ingleses 8 libros de 15, siguen siendo muchos: Amis 2, Austen 2, Joyce 2, Rowlling 1, McEwan 1.
- Autores de otros paises 0.


- Literatura ficción o autobiiografia 14 de 15.

- Ensayo 1 de 15, mal. Amis

- Literatura contemporánea 11 de 15, demasiados.

- Clásicos 4 de 15, podría aumentar: Jane Austen 2, Joyce 2.


- Autores nuevos 4 de 15. Siguen siendo muy poquitos: Jane Austen, James Joyce, Manuel Puig, Andres Neuman.
- Autores (No libros) repetidos 8 de 15, siguen siendo muchos: Gabriel García Márquez, Martin Amis, Roberto Bolaño, Andújar, Carolina Aguirre, Javier Marías, J.K. Rowlling, Ian McEwan.
- Más de un libro del mismo autor 3 de 15: Martin Amis, Jane Austen. James Joyce.


Este año (15) leí menos que el año pasado (22), pero este año trabajé mas, y para haber trabajado como trabajé, haber leído dieciséis libros  no está mal. Además los libros que compré para el 2009 no me resultaron muy buenos y perdí tiempo considerable empezando a leer varios que no acabé.

Hay que leer mas:

Mujeres

Ensayos
Autores nuevos
Clásicos

Autores de otros paises (no latinoamericanos ni ingleses)