26 de octubre de 2011


"Anne jamás los aceptaría…

Mr. Elliot era razonable, discreto y educado, pero no franco. Jamás se advertía en el una explosión de sensibilidad ni el fogoso comentario de indignación o agrado suscitados  por el espectáculo de las basnas o malas acciones. Esto era una grave imperfección para Anne que estimaba la franqueza, la sinceridad y la espontaneidad sobre todas las cosas. El fervor y el entusiasmo la cautivaban. Y sabía que podía confiar mucho mas en la sincera condición de los que a veces se descuidan y se precipitan, que en la de aquellos que cautos y mesurados jamás dan un paso en falso.
Por otra parte Mr. Elliot caía bien a todo el mundo… Se acomodaba en exceso, no había nadie con quien se llevase mal."

Jane Austen, Persuasión

26 de septiembre de 2011

Los enamoramientos - Javier Marías


Uno podría arruinarle la vida a alguien contando, hablando, denunciando, diciendo lo que nunca se ha dicho, haciéndose valer uno de la supuesta justicia, y siempre tiene uno la opción de callarse, de no hablar, de dejar que los recuerdos se atenúen, se disipen, se calmen. No sé que hace que uno tome una decisión u otra, en el libro el enamoramiento, en el resto de los casos: el miedo, el miedo a que hablar traiga más desgracias, o traiga mas mentiras, o traiga mas verdades.

Pero para mí siempre fue mejor hablar, exponer, denunciar, develar, sacar a la luz. Los secretos me apabullan, me atormentan, me perturban. Y sin embargo siguen habiendo situaciones en que uno no sabe si callarse o hablar, hay situaciones en que uno dice “que tengo que ver yo ahí, que me atañe, que va conmigo”. Y así uno los deja pasar, o se aleja de los implicados, o de pronto sin entenderlo ya no le interesa, ya lo suelta y deja uno de arrastrarse por la oscuridad no dicha, por lo que quedó enterrado, indefinido. De pronto los muertos lo arrastren  a uno un poco no porque ellos quieran que uno pertenezca a su mundo, sino porque ellos se llevan lo que uno no solucionó, y quizá solo te dejen en paz el día que soluciones eso, que lo dejes, o lo aclares o lo confrontes. Los muertos pesan, y pesa la conciencia que hicieron en uno, y esa conciencia crece inmensurablemente cuando ya no existen, como si ese hubiera sido su legado, su forma de permanecer en vida. Claramente todo se supera, con paciencia, con tiempo y con empeño: la muerte, los abandonos, los enamoramientos no correspondidos, se superan los recuerdos, la memoria, el pasado, con tiempo y paciencia y empeño. Un día ya no hacen parte de tu vida, no vuelven con constancia, no te perturban. A veces aparecen sus rastros, sus vestigios, como fantasmas asustadores, como restos de un mueso olvidado al que nadie va, y en eso se convierte la existencia, la experiencia, lo que uno va dejando a tras.

O quizá a veces sea uno una maldita flor de lis estampada en la piel que siempre va a recordar el delito, la mancha, el crimen. Pero qué es perturbar el universo hablando? si uno mismo u otros ya están perturbados por No hablar? La perturbación viene en cualquier caso, de eso no hay duda, en el caso de que se hable o calle, la desgracia siempre va a venir en cualquier caso y yo he visto esas desgracias, las desgracias causadas por el silencio, las he visto con mis ojos y he asistido a sus malditos entierros. No es la rabia, el deseo de justicia, la venganza, el resentimiento, o el temor lo que lo hacen a uno hablar, es solo esa carga, ese peso, esa densidad que abruma y que invade el silencio, los secretos, es no soportar ese saber, eso que se queda adentro y se pudre y corroe y corroe y daña por dentro.

No sé a que va aquí los enamoramientos, Javier Marías siempre es lo mismo, en un libro u otro, en un titulo u otro, es eso de contar de narrar de lo que trae, de lo que no se debería contar, de la muerte, de lo que uno ve o no ve, pero sobretodo de lo que ve, del crimen, de hablar o callar, de los secretos, de las historias no contadas. Poco me importan los enamoramientos ahora, o quizá sea por el mismo enamoramiento que uno podría hablar en vez de callarse como en el caso del libro, quizá sea por enamoramiento que uno arrastra al otro a la verdad, que lo empuja, y lo disuade y lo perturba, quizá de la forma en que uno cree que ya no va a estar más perturbado, pero vaya uno a saber, vaya uno  a saber si en verdad saber y hablar traen la paz, y la tranquilidad o si lo arruinan todo.

5 de septiembre de 2011


“No podemos  pretender sr los primeros, o los preferidos, solo somos lo que está disponible, los restos , la sobras, los supervivientes, lo que va quedando , los saldos, y es con eso poco noble, con lo que se erigen los más grandes amores y se fundan las mejores familias, de eso provenimos todos, producto de la casualidad, y el conformismo, de los descartes, las timideces y los fracasos ajenos …; inverosímilmente logramos convencernos de nuestros azarosos enamoramientos y son muchos los que creen ver la mano del destino en lo que no es más que una rifa de pueblo cuando ya agoniza el verano…”

Javier Marías, Los Enamoramientos. Bogotá: Alfaguara, 2011, pag. 150

3 de agosto de 2011

Jane Eyre - Charlotte Bronte

Esta muy tarde ahora, tarde porque hoy me he levantado inusualmente temprano. Tarde para escribir esta reseña o cualquier reseña. Saben porque quiero vivir en la campiña inglesa del siglo XVIII y XIX? porque todo parece perfecto y maravilloso, apacible, frio, tranquilo, estable, hermoso pero sin exceso, opaco, un poco gris y un poco verde y un poco blanco. Porque en medio de esa frialdad puedes prender una chimenea, porque no hay luz eléctrica y solo existen los candelabros y las lámparas, las bujías, porque la noche se ve iluminada por pequeñas lámparas amarillas y solo te queda leer hasta media noche en una sala antigua en sombras, apenas iluminada, o en una habitación de ventanas gigantes donde puede entrar la luz de la luna, o refugiarse de la noche en un cuarto silencioso donde solo se oyen las hojas de los árboles o el ladrido de un perro o un carruaje misterioso pasar. Quizás sea cierto, quizás queramos vivir en el pasado o en otro tiempo, quizás estemos así de inconformes con el presente, y así anhelemos solo el ambiente, la atmósfera o las estéticas de otras épocas, quizás eso diga también… que el presente no nos gusta o no nos ha gustado, quizá vivamos engañándonos mucho tiempo… quizá algún día logremos confrontar el presente del todo, y si así es, o si ya lo hemos hecho, yo no quiero dejar el pasado… y quizá por eso sigamos o siga creyendo en vestidos largos con muchas telas y pequeños encajes hermosos, y creyendo en libros viejos de tapas duras y de cuero, en casas de campo con bibliotecas grandes y muebles de madera, igual vamos a seguir creyendo en el pasado, porque No es una ficción, porque está en las calles, y en la música y en los libros, porque así hayamos confrontado el presente, vamos a seguir buscando tornamesas, cámaras análogas o teléfonos de cable de colores retro, o queriendo vivir en una ciudad antigua, o quizá nunca aprendamos a vivir del todo en el presente, pero de una cosa estoy segura, nunca me quedaría del todo en la campiña inglesa del s. XVIII porque allá no va a estar quien yo quiero.

No sé qué decir exactamente de Jane Eyre, no me dejó una sensación impresionante, lo suficiente para escribir algo con impulso y un poco de pasión. Muchos principios, valores, dignidades, orgullos sensatos. Mucho “hacer lo correcto” pero lo correcto equilibradamente, justamente, un sentido perfecto de la justicia. Amo la dulzura del señor Rochester, de su trato delicado, amoroso y tan equilibradamente afectuoso a Jane Eyre. Amo la ansiedad y como se desvive por ella en los momentos en que parece la ve perdida, perdida de sus brazos, de su alcance, de su ser, de su compañía. Me gustó leer a Jane Eyre en los momentos de dolor extremo, su fuerza, su constancia y valor en ellos, no porque me guste verla sufrir, es solo que ver a personajes tan sensatos, justos y correctos en situaciones extremas es de lo mas interesante quizá, que le pueda ofrecer a uno esta literatura decimonónico inglesa, ver como casi pueden perder sus cabales, pero nunca los pierden así estén en las situaciones más terribles. Me gusta ese carácter de no dejarse llevar por nada, de sufrir lo necesario pero NUNCA lo innecesario.

Creo que el valor de la familia hoy ya no importa, o no tanto (rescatando su importancia mostrada en el libro dada la orfandad de Jane Eyre). Si no tienes una familia a donde ir no importa, al fin al cabo cuantos casi huérfanos hemos sido con un padre y una madre ausentes y supuestamente presentes? Quizás ahora lo que uno quiera más bien es deshacerse de la familia. Y sin embargo Jane Eyre, huérfana, quizo dejar su familia adoptiva y después cuando pudo tener otra también la dejo hasta que encontró la suya propia y hermosa. Quizás haya que hacer eso, abandonar cuantas familias (indignas) se nos ofrezcan, hasta encontrar una respetable para uno mismo. Pero en fin , tengo sueño y yo también , ya he abandonado mis familias.

No se si las comparaciones sean validas o no, pero Jane Austen me sigue pareciendo insuperable, mas literaria, mas elaborada y precisa en su escritura, en su narración, en la estructura de sus novelas, en el encanto de sus personajes.

8 de mayo de 2011

Tinta Roja - Fuguet

(esta parte fue escrita hoy domingo a medio día)

Lo curioso de este libro es la lejanía del protagonista principal, Fernández. Alfonso Fernández, casi que ni me acuerdo del nombre porque casi que ni se nombra. Las veces que se habla de él son poquísimas y sin embargo está ahí todo el tiempo en medio de hechos, pero uno no lo ve, se lo imagina como un espectador de asesinatos, suicidios, horrores urbanos cotidianos, pero el solo está ahí, mirando, entendiendo, sin opinar, sin saber que siente, si siente? Se pregunta uno porque Fuguet escribió un libro así, tan periodístico, acaso eso es una excusa para alejar-se del protagonista? Para no adentrarse en él? Para no contarnos más acerca de sus miedos, de sus dudas, de sus contradicciones? Creo que si es una forma, la forma en que está escrita este libro, de mantener a un protagonista alejado de lo que es o mantenernos a nosotros alejado de descripciones más psicológicas, y es muy extraño, es casi antiliterario. Es demasiado sutil, yo no sé a qué horas creció Fernández, pero creció, no sé a qué horas dejó en parte sus miedos, pero los dejó, no sé a qué horas decidió enfrentarse a la realidad de afuera y a la propia, joven y adulto, pero lo hizo, lo hizo silenciosamente lo hizo indirectamente para el lector.

Hay gente así, no sabes a qué horas cambian, pero cambian, no hablan de sus cambios mas profundos pero de pronto los ves ser otros seres que no pensaste que serian (valga la redundancia). Hay gente que no te cuenta y de pronto los vez maduros y crecidos y dejando atrás todo eso que un día uno creyó nunca iban a dejar. Gente que no avisa, que no dice, solo se pierden en sí mismos y un día vuelven siendo los mismos pero sin tantas oscuridades. Gente que es espectadora, si, espectadora, ni siquiera ya protagonista, de hechos propios o externos que los cambian, pero con un proceso silencioso y solitario, proceso que uno querría conocer, pero que uno no conocerá, procesos innombrables para ellos, pero existentes y solo verificables con conductas y hechos, como este libro, solo verificable con hechos y comportamientos.


Ya sé que escribí mucho sobre este libro, solo trato de entender (porque me importa mucho, evidentemente) como a alguien le puede gustar y releérselo :s

(esta parte fue escrita el sábado a las seis de la tarde)

Si fuera por mí no me lo hubiera leído este libro, siquiera comprado, siquiera sacado de la biblioteca… además mejor aclaremos que me faltaron cien páginas, de las 400 interminables. Y no es que no haya hecho eso nunca con un libro, irme de repente a su final a ver qué, lo hago cuando estoy tremendamente aburrida… ya después de leer las tres cuartas partes de un libro no lo suelo dejar sin terminar, pero este ya lo boto bien lejos. Así como quisiera botar muchas cosas bien lejos, como las cosas que uno no entiende, como la gente complicada, si, como la gente complicada.

Pero este libro no es complicado, todo lo contrario, es bastante simple, digo yo superficial en el sentido literario, si tal cosa pueda existir, no es un libro que te haga pensar por sus frases, ni por sus párrafos, ni por sus historias, es un libro que te hace pensar por toda su historia completa. Pero a mí no me gustan los libros así, prefiero esas historias que me hacen pensar y sentir pagina por pagina o al menos capitulo por capitulo.

No, voy a decir que no tengo nada que escribir sobre este libro, pero estoy cansada, no del día, ni de haberme acostado anoche a las 4 am, mas estoy cansada es como de no entender como a alguien le pueda gustar este libro, como es que alguien tiene que dar tantas vueltas para llegar a puntos significantes como en el libro, estoy cansada de tratar de entender a la gente que siente de otras formas o que prefiere sentir a través de otras cosas, mas no no muy directamente con ellos mismos.

No entiendo esta literatura, no entiendo tanta forma impersonal de ver el mundo, cualquier mundo, y eso me cansa. Y no es culpa de Fuguet, claro está (porque yo no digo claramente), veremos que ofrecen sus otros libros, si son como el inicio, el final y algunos apartes de este, lo encuentro más a mi gusto.

Gente, yo no soy esto, pero tanta cosa indirecta o tanta falta de contacto directo con lo significativo, lo importante, lo que se siente, me abruma mucho, mucho.

La literatura no es eso Faundez, un escritor no tiene a los personajes ya hechos y sabe todo lo que les va a pasar, si eso fuera así, entonces pasarían cosas como este libro aburrido. Ese hecho de que los escritores no tengan tan definidos a sus personajes o sepan exactamente lo que les va a pasar cuando escriben… eso, eso es lo que hace a la literatura, ese desconocimiento de los personajes es lo que les da la capacidad de irse adentrando mas profundamente en ellos, en la medida en que se van creando... si ya están creados, no entras, no entras en ellos y entonces todo resulta desgraciadamente superfluo.

Uno no va a decir que no hay cosas que decir después de medio leer este libro, si si si todo eso de la paternidad y de lo que es la literatura en verdad, lo urbano en la literatura y seguro que otras cosas mas… pero que mas da, ya ni me quedan ganas, creo que no vale la pena, ni te rompe la cabeza, ni te sorprende profundamente, solo te muestra lo que pasa, así haya crecimiento del personaje. Yo ni lo veo, quizá si, si pasó, pero no de la forma en que a mi me gusta ver crecer a los personajes, no solo con hechos, vamos, ya esta, estoy harta de leer libros que muestren solo hechos…

20 de marzo de 2011

Never let me go - Kazuo Ishiguro

Veamos, cuantas cosas he querido decir de este libro, cuantos sentimientos suscitados, cuantas comprensiones y recuerdos abordados, cuantos personajes relacionados con la vida real, la mía, la propia, la de otros, la de los de alrededor.

Al principio me pareció aburridísimo, lo diré, con el pasar de las hojas y el tiempo me vine acordando de cosas… de niños en internados… de niños en colegios… de la opresión de niños en colegios y de pronto me vi en este ámbito de un internado imaginándome como habrá sido la vida de “otros” y ya no pude parar. La vida sin padres, la vida de los infantes abandonados, de los que no saben que es crecer en una familia, de los que son burlados por cuasi la sociedad entera.. la vida de los que no tenían el abrazo de las buenas noches de los padres, los regalos nimios, juguetes, pendejadas significativas, en fin.

Después esto se convirtió en otra cosa, en otra cosa casi completamente diferente, casi oh si, casi, en algo oscuro y sombrío como lo diría el mismo autor, en algo tan desoladoramente triste que recordarlo duele aun.

En si no importa mucho que esto se trate de niños clonados que crecen hasta ser adultos, para donar órganos, en sí y como siempre se trata en las novelas de Ishiguro, se trata de “lo que no fue”, de lo que no pasó. Pero esta vez con una melancolía que destroza el corazón, esta vez, él, Ishiguro si nos hace doler por completo eso “que no fue”. Convirtiéndose para mí en el maestro de este arte, de mostrarnos las historias de vidas simples, sin dejar de ser hermosas y sobretodo dignas, pero vidas que perdieron un tiempo, un algo donde ya después era tarde.

Le cuesta a uno reponerse de este libro, queda ese dolor inmenso de los que lucharon por cosas simples como el amor, digo que el amor es una cosa simple? Oh si, cuando sabes a quien amas de verdad sí que es una cosa simple; por aquellos que lucharon por cosas aun más simples como una vida “normal”, digo normal? Si, con un trabajo simple como ser el vigilante de un parque o ser la vendedora de una tienda de ropas. Nunca han visto con que cierta satisfacción algunas personas hacen estos trabajos? Como si hubieran logrado la vida en ello? Pues así es, y uno con ambiciones ultraterrestres….

Que da el dolor de muchas cosas, el dolor del arte, el dolor del arte desperdiciado, habrá de ser el arte desperdiciado? Quizá a veces parezca el arte un desperdicio, quizás parezca a veces un desperdicio eso que nos conecta con nosotros mismos…. Con nuestra alma, eso se ve tan desperdiciado en los otros afanes de esta sociedad… no se porque digo esto, quizá y yo misma aun lo siga viendo así….

Ah si, por último, y como para completar con broche de oro, esto vuelve a cambiar por completo , si por completo, y de pronto Hailsham, el internado, donde crecieron estos niños, ya después adultos, Hailsham se convierte en el tesoro, en un tesoro, en el tesoro de sus corazones, porque así es, no hay infancia que no guarde tesoros, no hay infancia por mas olvidable que quiera ser… que no guarde esos momentos, esos recuerdos que nos ayudan a vivir por el resto de nuestras vidas, quizá allí este nuestra alma, nuestra esencia

Retrato de una dama - Henry James

Es raro que yo venga a leer este libro cuando ya tan poco leo… muchas preguntas es lo que queda al terminarlo, unas ganas insaciables de estar al lado de Isabel Archer, abrazarla, llorar con ella y nada más. Una mujer valiente para mi es: una mujer que se atreve a No tener hijos, y hasta a no casarse, lo cual es un acto supremo, es una confrontación directa a la soledad humana, directa, profunda, única, certera y de lo mas trascendental que alguien pueda hacer, mas, si, una mujer, según este supuesto final abierto, para mi Isabel deberla terminar así.

Para mi Isabel Archer viviría el resto de sus días en cuasi soledad, sin hombre alguno a su lado, sin hijo alguno a su lado, y eso para mí es lo que en realidad la haría tan impresionante, lucida, brillante, hermosa e increíble como lo dice Henry James.

Es extraño, ella añoraba la libertad como nadie, pero terminó sin casi un gramo de libertad, o acaso para encontrar la libertad debemos ser encarcelados primero? O acaso el deseo de una libertad genuina lleva un proceso tan doloroso? Tan poco placido como uno iba suponiendo iba a ser la vida de esta protagonista?

Siempre el control de la propia vida es la piedra angular que nos explica lo fácil que es perder la libertad… el control y una exacerbada idea de lo correcto, de lo bueno, de lo debido, de la moral, de la ética (y no hablo de religiones). Esto de No permitirse equivocarse puede llevar a las PEORES equivocaciones en la vida. Y quien no trata de controlar su vida, de que su vida siga un camino resto, diáfano, claro…

Solo diré algo mas, hay mujeres muy Fuertes, pero también hay hombres muy Fuertes y cuando una mujer fuerte encuentra un hombre fuerte es el fin, ya no hay mas, es como si se agotaran las posibilidades, un hombre demasiado fuerte te arrastra, te lleva, puede ser tu perdición o tu vida, o la muerte, el amor de un hombre fuerte, determinado, increíble, de inagotable imaginación, de ideas tan claras se convierte en irremplazable, se convierte en un imán y es como si ya no pudieras hacer mas... y a la pobre Isabel le fue peor, porque ella se encontró a dos hombres de voluntad implacable, de orgullo impenetrable, de egocentrismo exacerbado, , los dos la amaban con un amor tan fuerte e implacable, no importa lo miserables que pudieran llegar a ser esos hombres, lo interesados o lo posesivos, lo brillantes u oscuros, pero la amaban, y el amor no cuenta nada, porque cuando un hombre sabe de una forma tan absolutamente clara lo que quiere, no hay nada que lo detenga para obtenerlo, así no haga nada.

2 de enero de 2011

El libro de Rachel - Martin Amis

Ciertamente esta reseña no podía escribirla con un té al lado, así que me tomo un café sin azúcar y como ponqué Ramo porque es media mañana y estoy cansada.

Porqué tienes que ser tan asqueroso Martin Amis? Siempre que termino un libro tuyo digo no me leo ni uno más de este y vuelvo y caigo redondita tarde o temprano, como esa pobre personaje de tu libro Rachel, cae redonda.

Siempre espero que tus personajes se reivindiquen de alguna u otra forma y a veces me lo creo que se han reivindicado pero al final le pegas una patada a la ilusión de los pobres lectores.

Saben porque no me puedo tomar un té mientras escribo esto? Porque quedaría como la pastelosa, ingenua, delicada, sutil, femenina, pura, inocente Rachel. Bueno haciendo una analogía entre esas idioteces de “tomar el té” y las mujeres, en fin.

No tienes que ser tan extremista Martin Amis, una mujer y un hombre también pueden ser unos bastardos, unos cochinos y también pueden ser delicados, sutiles y clásicos en la cama. No? No te lo crees? Todavía tienes que dividir a las mujeres entre putas e inocentes? Y a los hombres entre bastardos y tontarrones? O los hombres todavía dividen a las mujeres entre putas e inocentes?

No hay nada de malo en ser Rachel y esperar a que te hagan todo como una princesita y no hay nada de malo en ser, también, Gloria y hacer “cochinadas” en la cama. Oh veamos “cochinadas” el sexo tan mitificado, taaaaaan!!!

Uhm no, el mundo, el amor, las parejas no deberían dividirse entre las sucias y las pulcras, entre las espontaneas y las obsesivas controladoras, entre las hipocrititas y las confrontativo, entre las que se autoengañan y las que se lo dicen todo. Pero a veces pasa o pasa mucho? Y este libro me hace pensar en esas parejas que nunca fueron capaces de reírse de sus propios pedos, o decirle al otro por la mañana ”tienes aliento de dinosaurio”, o esas parejas que se excusan de sus imperfecciones, de sus granos en la cara, de sus ronquidos, que se excusan de sus “temores” , de su patetismo, de sus peores historias. Parejas que se excusan y evaden sus oscuridades, esas parejas que crean una ilusión de gente sana, sin problemas, que ya supero todos sus traumas, parejas que se engañan en sus historias de vida, parejas como Rachel y Charles Highway
Cuando Rachel se mea en la cama de Charles y este se despierta y la encuentra sentada ala lado de la chimenea apenada y el va y se le arrodilla diciéndoles “no te preocupes yo me orine en la cama hasta los 18 años” que clase de actitud es esta? Cuando Charles trata de que la princesa Rachel se lo mame y esta no puede y hace cara de asco y a parte Charles se siente apenado y no es capaz de decirle nada, que clase de actitud es esta? Cuando Rachel le dice a Charles que le ha mentido con respecto a su padre, que la verdad es que su padre labandono a ella y a su madre y jamás en la vida volvió a hablar con el, y Charales siente que Rachel es una idiota por no haber sido capaz de decirle la verdad desde el principio, pero la convence de que sigue siendo encantadora como siempre… que rayos hacen?

Bueno supongo que esto pasa en todas las parejas: 1. o se excusan ambos de sus defectos, se los toleran impíamente, hacen como si nada pasara, como si no les molestara en absoluto y siguen así eternamente (lo cual es la opción más patética). Ese tipo de parejas abundan en esta sociedad colombiana de estrato 3 pa’rriba y entre mas arriba Peor; 2 o se confrontan, le dices lo mucho que te molestan sus defectos, se lo dices toda a vida, peleas toda la vida, te jodes toda la vida; 3. o como Charles, eres un malparido hipócrita que jamás le dice nada Rachel de lo que le molesta pero vive quejándose siempre, y sigues siendo un doblemente malparido Charles y abandonas a Rachel con un niño a bordo sin decirle que eres su padre, como “todo un hombre” (según Charles), y el tipo se va a estudiar literatura en Oxford, uhm que mal quedan parados los literatos y los de Oxford.

Oh bueno Rachel tampoco se salva de su patetismo, ella vuelve con su exnovio (apenas termina con Charles) que jamás le hizo sentir un orgasmo, Charles si lo hacía, oh bueno Charles tenia cosas buenas en la cama y el libro resulta muy caliente a ratos. Por eso ellibro es un asco, los dos personajes al final resultan siendo terriblemente patéticos, en fin.

Lo mas triste es que hubo amor, oh si créanme, hubo amor, pero ellos mismos aplastaron el amor, el amor no tiene la culpa de nada, pero el amor tampoco nos salva, no el amor romántico, quizás solo el amor propio nos salve, el amor romantico solo esta ahí, va y viene, y ellos se destrozaron el corazón.

El libro es regular, no es el primero de Martin Amis? solo es un borrador de todo lo que serán sus libros, una premonición, si lo hubiera escrito a los 50 hubiera sido increíblemente mejor. A ratos resulta muy romántico meloso, o muy caliente o muy adolescente, en fin es extremista y a ratos un tanto superficial.