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20 de julio de 2009

Divagaciones sobre 2666



Es una lástima estar escribiendo sobre libros hace apenas un año. Muchas impresiones sobre libros se perdieron y aunque queden los recuerdos no es igual.

Sin embargo hoy tengo ganas de escribir sobre 2666 de Roberto Bolaño. Lo primero que abría que decir es que, siendo un libro o cinco libros en uno, yo no leí el último libro y medio por varias razones: primero porque no quise, segundo porque se me puso ilegible ya empezaba a rayar en el morbo el señor Bolaño y si hay algo que yo no soporto es el morbo de la violencia, es un tema debatible, para algunos es necesario mostrar hasta las realidades mas espeluznantes sin disfraces, pero hay otros que no lo soportamos, lo real horroroso (que latinoamericana que soy). Y la tercera razón por la cual deje de leer el libro es porque una tarde me fui de casa y dejé la ventana de mi cuarto abierta, cuando llegué había llovido y los libros que se encontraban en el escritorio al lado de la ventana abierta, quedaron empapados. Como hizo Amalfitano, uno de los protagonistas de 2666, cogí el librito y lo colgué en una de las cuerdas de tender la ropa, claro, cuando se secó, quedo ilegible. Podría haber una cuarta razón y es que cuando mi abuelo utilizó sus poderes sobrenaturales sobre ese libro, antes de que yo lo leyera, puso sus viejas, gruesas y fuertes manos sobre él y dijo ”ese libro le va a tomar toda la vida leerlo” (es en serio que hizo esto, no estoy mamando gallo), vamos a ver abuelo si es que me lo acabo de leer cuando tenga 70 años, mira que ya tengo ganas de leerlo otra vez.

De los leves recuerdos de mis impresiones de principios del 2007 cuando leí el libro, recuerdo que una de las cosas que más me impresionó de este libro es la gran capacidad de Bolaño de entender la cultura latinoamericana o ciertos aspectos innombrables en otros libros hispanos. Este libro me sorprendió por ser tan, tan latinoamericano, no era chileno, ni mexicano, es latinoamericano. Lo que me encantó de ese libro es su directa denuncia al machismo latinoamericano, evidenciado en las peores atrocidades que un hombre le puede hacer a una mujer: violarla y matarla después. De los más reconocidos escritores latinoamericanos y de los pocos que yo he leído, no conozco el primero, aparte de Bolaño, que hable del asunto tan directamente: machismo, violaciones, muerte. Muchas gracias señor Bolaño por atreverse a escribir de lo que nadie se le da la real gana escribir en estos países cobardes llenos de escritores cobardes que viven entre el sueño y la realidad, entre la ficción y la realidad, que no son capaces de decirnos la verdad bien contada en la cara.

Alguna vez escribí que la literatura contemporánea es complicada porque hablamos, escribimos de los temas contemporáneos. Las realidades contemporáneas, la verdaderas, solo nos muestran muerte y violencia, nos muestran descendientes de sujetos que se convirtieron en antisociales después siglos de guerras santas, económicas, territoriales, políticas, aun hay guerras, quizá no tantas como antes, pero quedan los rastros de hombres dañados hasta el fondo. Los crímenes hoy día no se producen solo en guerras, los crímenes hoy día pertenecen a asesinos en serie, a asesinos escondidos, a asesinos invisibles, todo se vuelve más truculento y misterioso hoy, porque la muerte y la violencia a manos de hombres sigue ahí presente pero de una forma más oculta. Y la buena literatura contemporánea no hace más que hablar de eso, es horrible.

Bolaño es como un puente entre el sur del sur y el inicio de norteamérica. Cuanto necesitábamos ese puente, cuanto… cansados de lo sofisticado de los argentinos, chilenos (y si, Bolaño fue chileno, pero como el mismo lo dijo “no soy de Chile no de México, soy de Latinoamérica”) y sus alrededores, cansados de lo europeizados que son ellos, de sus emigrantes escritores a Europa o nacidos en Europa y emigrados al sur del sur. Oh uno se cansa de ellos, ese no es exactamente nuestro mundo de violencia, machismo, guerras inútiles, pobreza, miseria, subdesarrollo y muerte, mucha muerte. Que me importa Borges y sus sueños entre sueños, que me importa ya Cortazar y su Paris de hace medio siglo y su violencia sur sur americana, y que pena decirlo, pero que me importa el realismo mágico de Marquez si casi nadie entiende sus maravillosas metáforas.

Nosotros necesitamos a un tipo como Bolaño, con vísceras, directo, confrontativo y poético también, alguien que nos hable de nuestros reales y verdaderos y tristemente horrorosos problemas sociales, alguien que se le burle en la cara a los académicos intelectualoides de universidades.

Bolaño es un escritor, que como pocos se atreve a adentrar en el misterio del mal, del mal más profundo, de asesinos, psicópatas, antisociales, pero lo hace de una forma literaria, lo cual es más terrible, es agotador. El tipo parecía obsesionado con el asunto, muy interesado, como quien quiere entender obsesivamente porque alguien se comporta de x o y forma. Si uno ve cualquier foto de Bolaño, se advierte un tipo excesivamente preocupado, desconfiado, triste, un tipo que “ve” mucho y sabe mucho de los horrores del mundo y sobre todo los de estas tierras, un tipo al que no le queda más alternativa que escribir de lo que ve, de lo que sabe y no puede evitar ver. Hay gente así, que “ve” mucho, mucho mal, mucha oscuridad, un gran capacidad para ver toda la porquería que nadie quiere ver, debe ser insoportable ser así, debe ser por eso que dice que "la vida es de una tristeza inagotable" o algo así.

2666 es un libro muy latinoamericano, por fin una obra maestra puramente latinoamericana, es el reflejo de lo que es Latinoamérica.

26 de abril de 2009

Yo me involucro

El otro día en un café de esta no muy bonita ciudad, estaba leyendo el libro de Estrella Distante de Bolaño, y es que me lo voy leyendo a paso de tortuga porque es un detonante ese libro, así como me ha causado alegrías, también ha alterado mi estado de ánimo para mal y no me arrepiento de ello.

Yo soy de las que se involucra con los libros, de las que se involucra con las películas, de las que se involucra con el arte. Me molesta de sobremanera la gente que se cree lectora y cinéfila y dejan su corazón a un lado cuando leen o ven una película, eso de tomar distancia al apreciar el arte se me hace de lo más superficial y evasivo (la típica colombianada, como diría alguien), y si no se involucran con los libros, ni con las películas mejor no lean, no pierdan su tiempo.

Salí nerviosa y conmocionada de la cafetería, tenía rabia, dolor, asombro y tristeza de muy adentro. El tipo este Bolaño se puso a hablar del militar Carlos Wieder, y el tipo este, Bolaño, se ha adentrado de una forma tan literaria en su psicología de asesino trastornado mental y en su narración me ha hecho revolverme el pelo con las manos porque el tipo este, Bolaño me ha hecho sentir una profunda empatía con aquellos que son o fueron víctimas de los desaparecidos de la dictadura chilena. Pero ojala fuera solo eso, el tipo este Bolaño, llevo mi mente a todos aquellos desaparecidos, torturados, descuartizados y enterrados en fosas comunes por paramilitares en este país: Colombia. No era necesario que Bolaño hablara de ningún famoso paramilitar descuartizador, Carlos Wieder es el universal de cualquier psicópata de cualquier país y Bolaño lo describe de una forma que horroriza, pero es tan talentoso el autor que tiene cero morbo al horrorizarnos.

Ese día estuve mal, muy mal, quizá casi lloro un poco, y quizá nunca había llorado por nada de lo que ha sucedido en mi país. Bolaño dice en ese libro que la historia de Wider es un horror, asi como la historia de Chile es un horror, que los chilenos ya no recuerdan la historia de wider. Entonces cuando leí eso recordé lo que me dijo alguien una vez, casi esas mismas palabras de Bolaño, que la historia de Colombia es un horror y por eso nadie la quiere conocer, mucho menos recordar. Pero como leí la otra vez por ahí “un recuerdo no amansado con palabras no es una memoria sino una asechanza”, y que porque es importante conocer la historia de un país, del nuestro? Porque es lo único que crea una propia identidad nacional (no la del sombrero volteado, el café y esas guevonadas que son todo menos identidad), y un país sin identidad, es un país en la perdición. Pero entender la historia de un país no es sabérsela de memoria como nos enseñaron en el colegio, entender la historia de un país es recordarla con emociones, es llorar por nuestros muertos y es horrorizarnos por nuestros psicópatas.


Ese día comprendí emocionalmente muchas cosas de la historia de esta nación, nación de antisociales desafortunadamente, ese día pude estar más cerca de ese dolor de nación que nadie quiere sentir porque a nadie se le muestra, porque todo se nos esconde. Empatizar con la muerte y la violencia es importante para empatizar con la historia de un país con tanta violencia y muerte como este, y cuando uno empatiza con la muerte y la violencia comprende finalmente porque nuestra sociedad es la que es.

Acercarse emocionalmente a la muerte y a la violencia, adentrase a ella profundamente es doloroso, uno no puede decir que no, pero que más puede hacer uno ante las realidades del pasado y del presente, evadirlas, esconderlas nunca ha sido ni será la mejor opción, de hecho es la peor. Puede que sea muy doloroso, pero vivir ese dolor el tiempo que sea necesario nos hace acercarnos de una forma más sincera, directa, nos hace hacer un contacto más estrecho con nuestra nación cuya historia y presente solo son muerte, violencia, y horror. Como cuando uno conoce el pasado oscuro o doloroso de alguien, cuando uno conoce eso de la gente, cuando lo conoce hasta el fondo entonces es ahí cuando los lazos entre dos personas se fortalecen porque la entiendes en su totalidad.

No necesito un curso de historia colombiana dictado por el mejor historiador del país. Solo necesito literatura como esta, como la de Bolaño, un tipo que se ha atrevido a hablar de las cosas más horrorosas de la cultura latinoamericana, solo necesito la literatura y su gran capacidad de llegar hasta el fondo emocional de los asuntos humanos, y eso es lo que tiene la buena literatura y eso es de lo que carece el resto de las ciencias humanas. Y solo necesito ser como soy, una persona capaz de involucrarse, de darlo todo en la lectura de un libro.

Para que la literatura tenga verdaderos resultados sociales y culturales, no solo se necesita que el libro sea bueno, se necesita que el lector se involucre con el libro. Uno más uno igual dos, uno más cero igual uno.

Es muy fácil entender porque en Colombia se lee un libro y medio al año, porque el libro confronta, y el colombiano es de naturaleza evitativa, negados a la confrontación. Y es fácil también entender porque los pseudointelectuales de este país son tan decepcionantes, porque no se involucran con sus lecturas, porque uno más cero igual uno.

13 de abril de 2009

Estrellas Dsitantes

Gracias a dios se acabo semana santa, que tedio, por lo general no recuerdo ninguna semana santa agradable, recuerdo lluvia, días grises, trabajos de universidad, soledad desagradable, una ciudad vacía y sin sentido, llamadas perdidas, peleas inútiles, olvidos imposibles y en esta no falto ni el tedio, ni la soledad desagradable, ni la pelea inútil, ni el sentirse poco amada, ni la lluvia, ni el día gris.

Los poetas chilenos de Bolaño… una tarde en una librería de Buenos Aires me ofrecieron un libro de las poesías de las que se hablaba en Los Detectives Salvajes, yo no lo lleve, ya llevaba muchos libros y como me arrepiento. Evidentemente Bolaño es un tipo con una alta sensibilidad, haya sido lo que haya sido, se le nota en sus libros, en su narrativa, en sus historias, en su profunda tristeza y si… en su empatía, eso de lo que carecen tantos, hasta yo, con mucha gente.

Pero lo último que me imagine de Bolaño fue encontrar una referencia del increible Fritz Perls y su terapia gestáltica, y menos después de contar una historia tan conmovedora como la de “Lorenzo”, y menos que el mismo narrador en primera persona del libro (con el que uno cree, casi que asegura Bolaño se identifica de primera mano) haya dicho que lloro con la historia de Lorenzo.

Habrá podido haber alguien tan compasivo o tan empático con la situación de los desaparecidos en la dictadura de Chile como Bolaño? Habrá podido alguien atreverse a hablar de tal forma terrible y confrontantiva de la situación de las mujeres muertas en Juarez Mexico? Habrá podido algún autor latinoamericano entrara tan profunda, literaria y desagradablemente en la psicología de una sociopata? No lo se, solo se que con respecto a los escritores latinoamericanos no he leído nunca a ninguno tan denunciante, comprometido y empático con las problemáticas latinoamericanas como Bolaño.

Lo último que me faltaba era su referencia a Fritz Perls en una de las historias de su libro estrella Distante. Este Fritz Perls es el maestro de los maestros de los maestros de mi maestra. El primer tipo en la psicología que se le ocurrió hablar de “confrontación” y se fue por el mundo, después de abandonar el psicoanálisis y después de confrontarse a si mismo, a ejercer su divino arte de la confrontación.

Que Lorenzo, junto con Soto y Stein, solo tenían en común, aparte de ser chilenos haberse leído “My gesthalt therapy “ de Perls??? Lorenzo que cuando se iba a suicidar tuvo la premonición de que solo se vive una vez, y que se dijo “no vale la pena suicidarse en la situación política de actual de Chile, eso solo seria redundante” y desistió de su suicidio. Soto que una noche se encontró con unos neonazis pateando un bulto que se “movía”, se acerco a los neonazis los insulto hasta mas no poder (sabiendo su destino) y fue acuchillado por estos y muerto? Stein que murió en un enfrentamiento militar en la guerrilla del FMNL?

Oh no se, estas historias tan maravillosas, conmovedoras, felices y tristes a la vez, coincidan con una referencia a la terapia gestalt de Perls, es lo que nunca hubiera podido esperar en la literatura, menos en Bolaño. Quizá nadie entienda porque me sorprende y me conmueve tanto esto, pero es que Bolaño es uno de mis autores favoritos y a mi la gestalt me partió la vida en dos literalmente, y mucho mas la terapia gestalt confrontativa de Perls.

Hablar de gestalt y de psicología humanista en general, es ridículo y aburrido, porque como ellos mismos lo dicen de la psicología humanista solo se vive no se teoriza, aunque yo creo que se debe teorizar y mucho si quiere entrar más en la academia, pero ese es otro debate. Lo único que puedo decir es que vivir una gestalt therapy de Perls, es vivir y morir como lo hicieron Soto, Lorenzo y Stein, darlo todo en el campo de la vida, hasta la vida misma si es necesario, esa es la única forma que vale la pena vivir, y cuando me refiero a darlo todo es a ser capaz de vivir con las dificultades más grandes que uno pueda imaginar como la vida de Lorenzo, vivir con las creencias en todo momento como lo hizo Soto, vivir por una causa y luchándola como lo hizo Stein.

Hasta que punto nosotros vivimos de esta forma, dándolo todo, luchando hasta el cansancio, hasta la muerte por nuestras creencias, por nuestros sueños, por nuestra felicidad? Hasta que punro somos capaces de dar la vida por lo que creemos? Hasta que punto somos capaces de ser totalmente coherentes con nuestras ideas, nuestros sentimientos y cuando sea necesario hacerlos totalmente coherentes con nuestra conducta? Hasta que punto vivimos tan apasionadamente la vida? Hasta que punto le damos la cara a la vida y a todos sus devenires positivos y negativos? Hasta que punto somos capaces de ver nuestra propia realidad y la realidad exterior y tomar posición en cuanto a esta y actuar en cuanto a esta? De eso habla Fritz Perls, de ser capaces de vivir como Soto, Stein o Lorenzo, de tener el valor de mirar nuestra alma cada día y ver afuera cada día y actuar, actuar, ver y actuar, no taparnos los ojos, por más doloroso que la realidad sea, por más desagradable que la realidad sea, la propia y la de otros, vivir la vida de verdad es ser capaz de ver todo lo que hay dentro de nosotros y lo de afuera, sin disfraces, sin filtros, sin evitaciones, confrontarnos, confrontar al otro, confrontar. Que difícil es explicar esto con palabras.

31 de octubre de 2008

Los Detectives Salvajes

Este libro, que lo leí ya hace un par de años o tres, me da por escribir sobre este libro esta mañana. Ahora que lo pienso, podría identificarme con alguno de sus muchos, para mí, personajes, sin embargo no con ninguno muy profundamente, y aunque hable de la juventud, y sobretodo de la juventud desenfrenada, yo no podría decir que tuve una juventud desenfrenada, no me gustan de por si las vidas desenfrenadas. Aunque el libro es como un sueño, o como un estado latente, describe la juventud de unos jóvenes poetas mexicanos que se me hacen tan absolutamente extraños, quizá por eso sea como un sueño, porque el mundo de los poetas para mí siempre ha sido extraño, posiblemente sea por esa sensibilidad exacerbada que se mandan y que yo claramente no poseo. Cuando pienso en este libro que leí hace unos años recuerdo que me di cuenta de muchas cosas, entre ellas, me di cuenta que se puede vivir de maneras que probablemente yo imaginaba pero que no creía capaz en la realidad.

Me parece que Bolaño tiene mucho de eso, de mostrarnos con una tremenda realidad formas muy diferentes de vivir o formas mas intensas de vivir. Me parece que Bolaño es un tipo que definitivamente vivió demasiado y lo dejo reflejado en sus libros. Posiblemente por eso me gusten mucho y me cuesten los libros de Bolaño, yo no he vivido ni vivo de una forma intensa la realidad, pero Bolaño si que nos lleva una intensísima realidad. Bien tiene puesto el adjetivo de Salvajes en el titulo, es una realidad salvaje, muy concreta, como todos los libros de Bolaño. Si, porque Bolaño y sus personajes, representan ese tipo de personas que yo nunca seré, que son todo lo contrario a mi, ese tipo de personas que viven tanto que mueren pronto como el mismo Bolaño, porque no pueden vivir mas, porque ya lo han vivido todo, ya no les queda nada mas por vivir, Bolaño y sus personajes representan ese tipo de personas con las que yo no compagino ¡como mi hermano!, pero a mi hermano no le gusta Bolaño, el no soporta verse en un espejo, casi nadie.

Mi hermano leía mucho, ahora o de un tiempo mas o menos largo lee con menos regularidad, una noche cuando yo iba a tomar la decisión de estudiar una carrera donde había que leer mucho, entre otras varias otras cosas me dijo "además leer mucho tampoco es bueno". Yo no le hice caso claro está, me parece que tiene razón y no, leer es una tarea terriblemente confrontante y al que no le gusta confrontarse mucho no lee mucho, al que no le gusta confrontarse en nada no lee nada. Hay libros que uno no acaba precisamente por eso, yo no pude seguir leyendo una vez un libro de Bolaño, no este, otro, me fue imposible. Una tarde, mi abuelo, que pareciera tener poderes sobrenaturales y que ama los libros, vino a visitarnos y me pidió que le mostrara unos libros que había comprado en un viaje, es extraño, leyó los títulos y el autor, ponía la mano sobre cada uno de ellos como si los sintiera por dentro y decía cosas de ellos, y cuando llego a ese libro de Bolaño que no puede terminar me dijo algo así como "este libro... este libro la va a a acompañar durante toda la vida, durante diferentes etapas de la vida, le va a tomar toda la vida entenderlo", esta un poco loco mi abuelo, pero tiene razón.