Después de todo y la falta de tiempo ha terminado Lolita para mi. Porque aunque me queden unas cuantas páginas, el resto ya no hace falta, ya lo que había que saber, que se supo desde casi siempre, ya esta sabido, y lo que tenía que decir Humbert, ya lo ha dicho.
Es extraño que Javier Marías diga que Lolita es la novela mas melancólica de la literatura y quizá sí, quizá sí. Deja un pesar triste, pero satisfactorio, porque yo siempre estuve de parte de Lolita, sin importarme la infinita tristeza, melancolía y amor de Humb hacia ella. No hay amor que valga cuando estas condenado casi a la muerte por él.
“No encontró las palabras, se las proporcioné mentalmente “Él me destrozó el corazón, tu apenas me destrozaste la vida””.
Ciertamente no me interesa entrar en la inmoralidad de un tipo que le arrebató la niñez a una niña y prácticamente le destrozó la vida, y ciertamente Nabokov no pretende eso. Es difícil juzgar cuando alguien cree que siente “amor” por otro. El eterno dilema literario: cuando alguien cree que siente “amor”, y ese amor es descrito de una forma tan detallada y sentimental que uno mismo queda sin argumentos para juzgar tal amor que hace daño. Pero la evidencia del dolor, la frustración, el vacío, el miedo, el llanto, la impotencia, la desventaja, la ignorancia, la soledad, el encierro, el daño que deja ese amor de Humbert hacia Lolita es innegable.
Lolita podrá haber sido una niña perspicaz, astuta, inteligente, sensible, mala, grosera, insoportable, fastidiosa, sexy, manipuladora, pero finalmente era una niña y no hay que explicar la diferencia entre una niña y un adulto. Los niños son los únicos seres del planeta No responsables casi que en absoluto de los que les sucede, todo lo que le pase a un niño es casi plena responsabilidad de los adultos y ahí no hay dicucion alguna, ni argumento que valga.
Así que por mas poético, sensible, amoroso, cariñoso y demás que resulte el señor Humbert, por mas que su amor sea inmenso y genuino, “solo le destrozó la vida a Lolita”.
Humbert resulta sin más un tipo patético, pusilánime, exagerado, excesivamente trascendental, mas que victimista, inseguro, tan pulcramente asqueroso, sentimental hasta el hartazgo, misógino, irremediable, enfermo, sin carácter, idiota, uno de esos más que se deja llevar por la vida y no la toma en sus malditas manos. Da lástima Humbert Humbert al punto de querer animarlo en su tristeza creada.
Claro que existen las ninfulas, claro que existen esas chicas que desde los diez años exudan sexualidad, sexo, placer, por todos los poros de su piel, pues que ellas miren a ver que hacen con eso por su propia decisión y no por circunstancias donde no hay escapatoria como en el caso de Lolita. Alguien puede tener más poder que otro en una relación, pero un poder excesivo, limitante, y una diferencia de poderes tan grande, siempre es destructora.
Ahora, yo no disfruté el libro como hubiese querido, por mi afán y mi impaciencia de saber que iba a pasar. Pero merece muchas relecturas porque Nabokov es grande, inmenso, inagotable, y cada una de sus páginas es un mar de exquisita literatura. No importa que tan patético sea Humbert, en él Nabokov nos deja ahí pensando en lo no pensado, sintiendo lo no sentido, imaginando lo detallado, es intricado, complejo pero nunca aburrido, ni difícil, ni pesado.
La ultima tercera parte del libro fue un tanto ensoñadora para mi, a veces sentía que no sabía lo que leía y sin embargo no dejaba de leer, es como si el autor hubiese querido que entráramos en el dolor de Humbert de una forma anestésica pero no completamente dormida, oh pobre Humbert, de verdad lo siento por él, lo siento tanto. Y así resulta el libro nunca agresivo, ni directo, ni áspero, Nabokov es suave, estético, detallista, complejo en su narración. En lo único definitivamente en lo único en que se sale de sus límites es en la belleza de Lolita, en su sensualidad, en su sexualidad, ahí si salen todas las palabras posibles, los sentimientos posibles, las de descripciones posibles.
Quizá el libro no hable tanto de Lolita, Lolita viene siendo endiosada y exagerada física y estáticamente, pero en sí, el libro, su estructura, su narración, son descripciones, su historia son Lolita. El mismo Humbert lo decía “no sabía nada sobre el espíritu de mi niña querida… mas allá de los clichés juveniles, había en ella un jardín, un crepúsculo, el portal de un palacio” este libro es eso: un jardín un crepúsculo el portal de un palacio.
Ahora, tengo que decir algo mas, muy bien que a los hombres les gusten las mujeres suaves, dulces, con cara de niña, inocentes, sensuales a la vez, delicadas, coquetas. Pero este cliché me tiene harta, una mujer es una mujer con todas sus malditas imperfecciones, con sus pelos en las piernas, con su celulitis, con sus arrugas, con su maquillaje, con su poder, con su experiencia, con su vida, con su dinero, con su libertad. Una mujer no tiene porque disfrazarse o intentar ser una niña para que a los tipos les parezca arrebatador. La inocencia puede ser muy atrayente y sensual pero solo es el reflejo del deseo de un poder y casi una dictadura insana y aplastante sobre otro ser humano, y una mujer no es siempre una niña, ni es siempre una adolescente, un día uno ya no es nada de eso y la sexualidad no puede estar basada eternamente en esos clichés estéticos.
23 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
"Pero este cliché me tiene harta, una mujer es una mujer con todas sus malditas imperfecciones, con sus pelos en las piernas, con su celulitis, con sus arrugas, con su maquillaje, con su poder, con su experiencia, con su vida, con su dinero, con su libertad. Una mujer no tiene porque disfrazarse o intentar ser una niña para que a los tipos les parezca arrebatador. La inocencia puede ser muy atrayente y sensual pero solo es el reflejo del deseo de un poder y casi una dictadura insana y aplastante sobre otro ser humano, y una mujer no es siempre una niña, ni es siempre una adolescente, un día uno ya no es nada de eso y la sexualidad no puede estar basada eternamente en esos clichés estéticos. " Que cierto ese final.
MMM Nabokov, tenía sinestesía, es interesante ver esas relaciones que utiliza a veces en la literatura con respecto a las letras y el color, me gustaría tener ese tipo de sinestesia. Algo como para mirar si acaso tiene mucho que ver en su forma de escribir.
pd. Debe ser un "typo" pero seguro es Vladimir y no con B.
Un saludo!
Si señora.
No me sorprende que Nabokov tuviera sinestesia, un typo (no veo el typo) que escribe así debe tener una altísima sensibilidad. Se le nota la ironía de por allá. Saludo
Es señor y no señora y si corregiste el typo técnicamente es su nombre, no conozco la palabra en español porque no es deliberadamente un error, sino algo entre un error involuntario y mecánico, si conoces el término en español porfavor ilústrame que igual ando perdiendo la costumbre de pensar en mi idioma.
Y la ironía? cuál ironía?. Si esa sinestesia debe ser interesante, ya estoy cansado de ver colores cuando escucho música, esa sería interesante para variar. Saludo.
La señora era la Anónima
He leido tantas veces este libro, he visto ambas películas tantas veces, que es casi un enamoramiento ciego el que siento hacia "Lolita".
No comparto muchas dce tus opiniones. Para mí,Humbert no es patético, ni idiota. Es un hombre enamorado, porque realmente creo en el amor que profesa a Lo.
Y Lo...ella es sólo "ella". Es tan incomparable.
Creo en las nínfulas, como creo en el amor de un hombre por una niña, o una mujer por un niño.
A mi, los amores No correspondedidos me resultan Patéticos, y resulta triplmente patetico cuando es a una niña.
El amor no es algo en lo que se crea o no, existe independientemente de creer en el o no y existen tambien amores pateticos.
Los amores no correspondidos son una tragedia que la gente suele buscarse en un afán masoquista que tal vez los hace sentir vivos. Los hace y también no hace.
Bueno leerla, muy bueno.
Hola. Ando buscando gente que tal vez puede gustarle lo que empecé a hacer. Te invito a que veas la invitación que hay en mi blog
www.tercerasalida.blogspot.com
Juan
Publicar un comentario