3 de septiembre de 2010

Libros decimonónicos y de antes


Este libro que acabo de leer me ha despertado unas ganas infinitas de leer novelas del s XIX y XVI. Una época que resulta en ciertos aspectos tan diversa a esta. Donde la gente se trataba con amabilidad y cortesía, done la estética de los pequeños detalles tenía un lugar primordial, sin ser llevada al egoísmo de la belleza actual. Una épica donde claro, reinaba la hipocresía y la represión de tatas emociones negativas, pero donde quienes sabia exprésalas lo hacían con calma, quizá estoicismo. Ciertamente el desenfreno de ahora se deba a esa calma de entonces, pero yo me considero un ser mas apacible que desenfrenado, así que para mi esas novelas son las indicadas, hermosas. Expone las verdades humana sin tanto alboroto, sin tanta demencia, mas con tristeza y melancolía que con impresión y escalofrío como lo hace la literatura contemporánea, que es ruda, dura, como una piedra que te pega en la cara y te hace sangrar.. en esa literatura clásica no hay frases tan profundas y suspicaces e inteligentes y pretenciosas, solo es la vida y ya. Pero venga, se lo digo, la literatura lo demuestra, somos los mismos ahora y hace dos siglos, con las mimas tramas emocionales, dramas, conflictos, solo que ahora nos sorpendemos mas de ellos, lo complicamos mas, lo analizamos mas, hasta lo estudiamos mas. Yo solo agregaría a la vida contemporánea una violencia más oscura y pervertida, pero antes también había las mimas cantidades de violencia en guerras y demás, así que dejémonos de asombrar, ya lo decía Javier Marás, ahora le creo.

Yo por el momento me iré a siglos pasados, porque en esta  época emo todo se dramatiza excesivamente y me cansé.

Además Henry James resulta una obra maestra escondida en mi biblioteca, como una flor que florece sin ser vista, y yo me estoy dando cuenta de su asombroso esplendor.

La Abadía de Northamger

La Abadía de Northamger es un libro adorable, casi tan adorable como Orgullo y Prejuicio. Catherine, la protagonista es una chica tan encantadora y sencilla a la vez y su pretendiente aun mas, gozan de esas cualidades simultáneas de personas inteligentes y no pretenciosas, de bajos perfiles llamaría. Y estoy de acuerdo con Nuria, Jane Austen resulta mas irónica de lo usual, burlándose hasta de ella misma por decirlo así.

Como siempre Jane Austen nos hace sufrir y alegrar con sus personajes, nos hace quererlos, apreciarlas. Este libro me ha ayudado a entender mas a la obra de la autora, que a ratos me resulta terriblemente masoquista. Ella es como cuando nos dan un pedacito de de un postre deliciosisimo y no nos da mas, solo nos da un pedacito y nos deja ahí a la expectativa del resto. Pero Jane Austen nunca dará el resto, ella lo deja a nuestra imaginación, lo cual pues nunca va a ser tan encantadora como su narrativa. Eso obviamente me hace querer que ella se expanda en todas sus descripciones, tanto en la de la psicología de los personajes, como la de los ámbitos donde se desarrollan las historias.

No hay nada mas romántico que Jane Austen, con un toque de suspicacia e ironía. Tampoco hay nada mas clasista que Jane Austen a mi pesar, siempre las heroínas pobres casándose con sujetos ricos. Pero no hay personajes hombres como los de Jane Austen una mezcla de imperfección y perfección que derrite. Yo se que Jane Austen está llena de cliché, pero el que niegue que tantos clichés son hermosos pues… el romanticismo es un cliché ya lo se, y acaso no hay nada mas femenino y delicado que el romanticismo? Seguramente que en esta sociedad ahora las mujeres debemos casi que ser “súper hombres”, aturdidas por la dureza del mundo al que ahora salimos. Quizá ahora no hayan guerras, tanto como antes, para que las mujeres salgamos a ellas, pero ahora estamos más presentes en el mundo, y quizá fakte mucho, pero…. Eso, por favor que no nos robe el encanto de la delicadeza y el romanticismo que resulta tan atractivo y sensual.

9 de agosto de 2010

Fin de Foxfire


Nunca había leído un libro en el que me identificara tanto tanto con un personaje: Maddy Monky, Maddy Wirtz, Maddy “Killer”, que hermosa que es Maddy, yo la amo, Maddy eres mi corazón.

Los libros son como esos hilos que me jalan desde la tierra para que vuelva a ella. Por eso de tanto en tanto necesito leerme uno, para entender el dolor humano, para abrirme los ojos un poco más, para cortarme la respiración, para hacerme sudar, para hacerme llorar, para hacerme entender la miseria humana: una miseria que yo he decidido no olvidar, no evadir, pero si dejarse esfumar.

La otra vez, ante el inminente miedo de que a mi madre le de alguna enfermedad tipo alzehimer, yo con cara de preocupación y al borde de las lágrimas, mi novio me dijo: “sabes porque tu madre podría padecer una enfermedad así? Porque crees que a la gente le dan enfermedades así?” yo respondí: “porque no quieren recordar su pasado”. El me dijo “claro, el pasado e tu madre, la vida de tu madre ha sido tan desastrosa que quiere evadir el pasado a toda costa” algo así dijo. Y fue en ese instante en que comprendí que al lado de él mi vida se estaba convirtiendo en algo hermoso, que he vivido para recordar un pasado que No quiero olvidar, que los últimos diez años de mi vida he vivido un pasado quizás digno de recodar.

Yo siempre quiero decir muchas cosas de esos libros que me conmueven profundamente, pero al final no termino diciendo mucho porque es como si todo estuviera comprimido en un archivo muy pesado.

Quisiera decir muchas cosas acerca del pasado en general, de la vidas apasionadas versus las vidas apaciguadas, de las vidas normales versus las vidas anormales, de los que no creen en la inmortalidad del alma y de los que creen en que viviremos por la eternidad, de los que hacen de su vida un drama tipo película de festival de Cannes y de los que hacen de su vida algo tan poco llamativo, tmas bien apacible y cotidiano.

No creo en esas vidas tan apasionadas, tan dramáticas, tan llenas de miles de historias, tan llorosas y arriesgadas, que creen que eso es “vivir” y el resto es “nada”, ya veremos a los 80 años quien vivió de verdad, eh?, por dios que no puedo creer en esas vidas llenas de altibajos y sufrimientos, y estoy casi segura que Maddy tampoco y por eso Maddy y Legs solo pudieron estar juntas un instante. Hay personas que somos como el mar: constantes, monótonas, amplias, inaccesibles. Hay personas que adoramos el silencio, la soledad, que trabajamos sin un solo radio, sin una sola música, sin una sola palabra humana por horas y horas y nos sentimos tan satisfechos de nuestra soledad silenciosa. Hay personas que creemos en la justicia, en el amor y hasta en la vida, pero nunca llevada a los extremos del daño al otro, del aprovechamiento, del riesgo de la propia vida, hay personas que sabemos perfectamente cuál es el límite entre el bien y el mal, sí, yo me jacto de saberlo y por eso uno sabe hasta dónde puede hacer, hasta donde puede llegar, consigo mismo y con los demás, y eso también es peligroso y doloroso

30 de junio de 2010

Firefox, una banda de chicas

Yo no sé como vine a dar con este libro exactamente, leí el nombre de la autora alguna vez en algún sitio que no recuerdo, sitio pagina virtual, supongo que lo apunte en una de las tantas listas de libros y autores que tengo y que me llevo conmigo hasta la Patagonia pero que nunca saco para leer cuales son los autores o títulos que me interesan, así que en ese sitio donde venden los libros más baratos del mundo, me pille a Joyce Carol Oates y sí, mi memoria es pésima, pero yo quería leer libros de mujeres así que algo quedo en mi cabeza, y no iba con la intención ni medianamente consciente de buscarlo de encontrarlo, porque esos libros de autores mujeres contemporáneas casi no se consiguen y no me lo pensé dos veces y lo compre con otros tantos.

Los autores gringos no me llaman la atención, prejuicios pendejos, aunque cada vez la cultura gringa me cae mejor, si mátenme por lo que digo, pero cada vez los entiendo mejor, trabajo para ellos, ellos me pagan y casi todo bien. Gente muy reprimida la gringa, muy ingenuos de corazón y con una sensibilidad artística particular: una mezcla de bondad con algo alternativo, y esa ingenuidad quizá también es la que los lleva a los extremos de la psicopatía. Y como Carol es de mi banda de chicAs yo no iba a dejar de leerla solo porque fuera del hemisferio norte, menos cuando los autores hombres no llegan aun a un entendimiento de las mujeres que a mí me convence.

Ella lo entiende todo y cuando digo todo es todo. Entiende los principales prototipos de feminidad, allí en esas cinco chicas de Firefox, convergen quizá todos los prototipos de mujeres posibles: sexys, tímidas, rechazadas, populares, intimidantes, gordas, tontas, reprimidas, extrovertidas, femeninas, masculinas, inteligentes, analíticas, lesbianas, heterosexuales, bisexuales, princesas, rebeldes, humilladas, humilladoras, divertidas, fanfarronas, serias, irónicas, sensibles, lo único que tienen en común las cinco chicas de Firefox son sus familias desastrosamente disfuncionales, que bien, eso se parecía mucho a mi. Créalo, así es la genialidad de esa autora, por eso y por entender también a la perfección el mundo de una mujer adolescente en la peor institución del universo: el colegio.

Ella entiende ese ámbito agreste, ridículo, estúpido, que si te duermes te come vivo. Lleno de esos profesores trastornados y de esos chicos idiotas si de esOs chicOs idiotas que a esa edad son incapaces de entender nada de una mujer, o del género opuesto. Pero también es iluso, quien no hubiera dado lo que sea por perteneces a una banda como Firefox, una banda de chicas, una banda que lucha por la Justicia, en un ámbito donde pulula la imperfección propia y de los otros y donde los que se creen perfectos se aprovechan de ello de las formas mas macabras. Eso es iluso Legs es una ilusión de las más grandes que uno pueda tener: una líder mujer que defiende a otras mujeres en la pubertad en la mísera pubertad! Uno se enamoraría de Legs claro, que fuerza, que sentido de la justicia, pero ella solo existe en los libros. La realidad es que los incompetentes sociales nos quedamos sin defensores en el colegio y para siempre hasta que uno aprende a defenderse, la realidad es que ese podrido mundo de los colegios seguirá siendo un asco y Firefox es solo una utopía hermosa y claro, peligrosa.

Yo encontré a mi Legs alguna vez, pero ya era grande y ya me había defendido sola, en realidad nunca tuve que defenderme yo siempre estuve al margen de los idiotas aprovechados y de los que fueron aprovechados (creo que en ese sentido CH me puede entender, yo se que el fue un poco asi), a mí nadie me tocaba, nadie me hablaba, nadie se metía conmigo ni para bien ni para mal, era una especie de bicho raro literalmente en mi colegio, Andrea? Esa vieja es rarísima, no habla, no dice nada, no se mete con nadie, está en otro planeta. Y sí, yo siempre estuve en otro mundo pero ese es otro tema. Pero aun así era como una observadora, los entendía a ellos a todos, no entender en el sentido de comprensión bondadosa, no! La empatía no es lo mío (por eso deje la psicología). Yo solo sabía que había en cada uno de sus corazones, que pretenciosa, pero así es, y aun lo sé a donde vaya, a quien conozca, se ver adentro sin hacer tantas preguntas, y quizá por eso ellos se mantenían al margen y lo siguen haciendo (venga, soy una ilusa, es una hipótesis no mas).

Legs me hace acordar mucho de JQ, su casa desordenada, espontanea, llena de objetos que uno no entiende porque están ahí, el olor a hogar, si la casa de JQ tiene el olor a hogar, no como la mía: perfectamente ordenada y con sentido, sentido, que ironía. La casa de CH también es como la de Legs, con esas paredes de papeles viejos, olor a perro, gente por aquí por allá, los mismos objetos sin sentido, el desorden, la falta de armonía estética, el olor a hogar. Ellos tiene la fuerza de Legs, el sentido de justicia de Legs, la perspicacia, la astucia y por eso los amo, pero ellos no fueron líderes de cambio como Legs, por eso Legs es una ilusión, y yo soy como Maddy esperando a ver que dicen, que hacen, analizándolo todo, observándolo todo, con ideas extrañas, un poco tímida, nada empática, más bien juzgona, miedosa, leal, con la nevera llena de comida vieja, pasada, y ellos siempre llegan ahí a comerse eso que uno no se come, a meterse en la cama de uno en la que si duermen, a desordenar la casa perfecta, a hacer ruido en la casa silenciosa, asi es la casa y la nevera de Maddy, lo juro, y así es la mía, ellos lo saben.

29 de junio de 2010

Divagaciones mias de Sobre Heroes y Tumbas


A mi me da por extrañar a Buenos Aires muy seguido, lo suficiente para haber ido varias veces, para decir “no vuelvo” y para que a los dos meses ya quiera volver. Vaya uno a saber porque, las calles? Lo viejo? Lo dulce? Lo vintage? El amor? Las historias?

Y me acabé el libro, como si últimamente acabar cualquier libro fuera una proeza. Sobre Héroes y Tumbas, tiene hasta nombre pretencioso y el libro es hermosamente adolescente pretencioso. Y a la mitad del libro me fui a Buenos Aires, con una idea diferente de la ciudad, y así la vi y así me espantó y así la quiero volver a ver. Casi todo lo argentino es como un amor maluco, malsano, idiota.

Sobre Héroes y Tumbas está lleno de melancolía, tristeza, oscuridad real, drama sobreimpuesto, adolescencia tormentosa.

Alejandra, ese prototipo de chica hermosa y ruda, típica chica que odia a su madre y ama tormentosamente a su padre, típica chica que se niega todo, que vive el dolor hasta la muerte. Cuantas veces las mujeres no fuimos así odiadas por nosotras mismas, criticadas por nosotras mismas, suicidas por nosotras mismas, renegando hasta el cansancio desde uno mismo, pasando por la familia terminando en la sociedad, y uno solo busca el abrazo, el abrazo que diga no más.

Cuantas mujeres no abran querido matar a su padre y olvidar a su madre? O quizás eso solo sea una característica argentina, ellos tan consientes de lo paterno, lo familiar lo psicoanalítico. Algún día yo también quise matar a mi padre, lo juro, y me ha tomado muchos años liberarme del yugo de los padres, pero bueno se hace, se logra, no es una tarea imposible, es amarga, es dolora, toma tiempo, toma quizá desastres pero se logra como todo

Ya no voy para historias re tristes de pasados remotos, las entiendo, las cobijo, las ilumino con alguna luz, les hablo, las trasformo, hay algunos fantasmas extraños por ahí que aún no comprendo del todo y como cualquier fantasma me atormenta a ratos, como harpa uno para hablarle al mas allá?

No entiendo bien porque ese libro es un tesoro para algunos o muchos, releído y releído , como la biblia, raro. Seguro que los tesoros literarios propios son aquellos de los que uno no comprende mucho y quisiera comprender, y seguro que los libros muy comprendidos no se convierten en sabiduría para uno.

23 de marzo de 2010

Lolita - Vladimir Nabokov

Después de todo y la falta de tiempo ha terminado Lolita para mi. Porque aunque me queden unas cuantas páginas, el resto ya no hace falta, ya lo que había que saber, que se supo desde casi siempre, ya esta sabido, y lo que tenía que decir Humbert, ya lo ha dicho.

Es extraño que Javier Marías diga que Lolita es la novela mas melancólica de la literatura y quizá sí, quizá sí. Deja un pesar triste, pero satisfactorio, porque yo siempre estuve de parte de Lolita, sin importarme la infinita tristeza, melancolía y amor de Humb hacia ella. No hay amor que valga cuando estas condenado casi a la muerte por él.

“No encontró las palabras, se las proporcioné mentalmente “Él me destrozó el corazón, tu apenas me destrozaste la vida””.

Ciertamente no me interesa entrar en la inmoralidad de un tipo que le arrebató la niñez a una niña y prácticamente le destrozó la vida, y ciertamente Nabokov no pretende eso. Es difícil juzgar cuando alguien cree que siente “amor” por otro. El eterno dilema literario: cuando alguien cree que siente “amor”, y ese amor es descrito de una forma tan detallada y sentimental que uno mismo queda sin argumentos para juzgar tal amor que hace daño. Pero la evidencia del dolor, la frustración, el vacío, el miedo, el llanto, la impotencia, la desventaja, la ignorancia, la soledad, el encierro, el daño que deja ese amor de Humbert hacia Lolita es innegable.

Lolita podrá haber sido una niña perspicaz, astuta, inteligente, sensible, mala, grosera, insoportable, fastidiosa, sexy, manipuladora, pero finalmente era una niña y no hay que explicar la diferencia entre una niña y un adulto. Los niños son los únicos seres del planeta No responsables casi que en absoluto de los que les sucede, todo lo que le pase a un niño es casi plena responsabilidad de los adultos y ahí no hay dicucion alguna, ni argumento que valga.

Así que por mas poético, sensible, amoroso, cariñoso y demás que resulte el señor Humbert, por mas que su amor sea inmenso y genuino, “solo le destrozó la vida a Lolita”.

Humbert resulta sin más un tipo patético, pusilánime, exagerado, excesivamente trascendental, mas que victimista, inseguro, tan pulcramente asqueroso, sentimental hasta el hartazgo, misógino, irremediable, enfermo, sin carácter, idiota, uno de esos más que se deja llevar por la vida y no la toma en sus malditas manos. Da lástima Humbert Humbert al punto de querer animarlo en su tristeza creada.

Claro que existen las ninfulas, claro que existen esas chicas que desde los diez años exudan sexualidad, sexo, placer, por todos los poros de su piel, pues que ellas miren a ver que hacen con eso por su propia decisión y no por circunstancias donde no hay escapatoria como en el caso de Lolita. Alguien puede tener más poder que otro en una relación, pero un poder excesivo, limitante, y una diferencia de poderes tan grande, siempre es destructora.

Ahora, yo no disfruté el libro como hubiese querido, por mi afán y mi impaciencia de saber que iba a pasar. Pero merece muchas relecturas porque Nabokov es grande, inmenso, inagotable, y cada una de sus páginas es un mar de exquisita literatura. No importa que tan patético sea Humbert, en él Nabokov nos deja ahí pensando en lo no pensado, sintiendo lo no sentido, imaginando lo detallado, es intricado, complejo pero nunca aburrido, ni difícil, ni pesado.

La ultima tercera parte del libro fue un tanto ensoñadora para mi, a veces sentía que no sabía lo que leía y sin embargo no dejaba de leer, es como si el autor hubiese querido que entráramos en el dolor de Humbert de una forma anestésica pero no completamente dormida, oh pobre Humbert, de verdad lo siento por él, lo siento tanto. Y así resulta el libro nunca agresivo, ni directo, ni áspero, Nabokov es suave, estético, detallista, complejo en su narración. En lo único definitivamente en lo único en que se sale de sus límites es en la belleza de Lolita, en su sensualidad, en su sexualidad, ahí si salen todas las palabras posibles, los sentimientos posibles, las de descripciones posibles.

Quizá el libro no hable tanto de Lolita, Lolita viene siendo endiosada y exagerada física y estáticamente, pero en sí, el libro, su estructura, su narración, son descripciones, su historia son Lolita. El mismo Humbert lo decía “no sabía nada sobre el espíritu de mi niña querida… mas allá de los clichés juveniles, había en ella un jardín, un crepúsculo, el portal de un palacio” este libro es eso: un jardín un crepúsculo el portal de un palacio.

Ahora, tengo que decir algo mas, muy bien que a los hombres les gusten las mujeres suaves, dulces, con cara de niña, inocentes, sensuales a la vez, delicadas, coquetas. Pero este cliché me tiene harta, una mujer es una mujer con todas sus malditas imperfecciones, con sus pelos en las piernas, con su celulitis, con sus arrugas, con su maquillaje, con su poder, con su experiencia, con su vida, con su dinero, con su libertad. Una mujer no tiene porque disfrazarse o intentar ser una niña para que a los tipos les parezca arrebatador. La inocencia puede ser muy atrayente y sensual pero solo es el reflejo del deseo de un poder y casi una dictadura insana y aplastante sobre otro ser humano, y una mujer no es siempre una niña, ni es siempre una adolescente, un día uno ya no es nada de eso y la sexualidad no puede estar basada eternamente en esos clichés estéticos.

12 de febrero de 2010

Chabi Chic Descompuesto


La señorita K, era una señorita bastante convencional, una mujer muy mujer o quizá una mujer excesivamente femenina, una feminidad inclinada más bien hacia la inmadurez, por eso digo que era bastante convencional. Sus vestidos de primavera rosa, de pequeñas flores estampadas, detalles finos en el cabello y el maquillaje, zapatillas de cenicienta y perfumes dulces y frescos.

La señorita K anhelaba la felicidad, como cualquier tipo de señorita K, creía firmemente en las pequeñas sonrisas, los detalles y los bombones de chocolate. Así, aprendió a hacer bombones, después pasteles y tortas con finas cintas y ornamentos en las pastas o cremas dulces, y hermosas letras que derrochaban felices cumpleaños, bodas, 15 años, aniversarios y todo tipo de “celebraciones”.

Un día, la señorita K conquistó a su hombre ideal con brillos rosas en sus labios, perfumes suaves, uñas perfectas, modales exquisitos, era una muñeca de presentación en las reuniones laborales de su amado. Ni hablar de las inolvidables cenas y onces que la señorita K ofrecía para sus amigos, llenas de delicias culinarias y detalles encantadores. Así la señorita K era todo un exito social, una pastelera reconocida, no daba abasto con los pedidos de tortas y pasteles que le pedían para las “celebraciones”.

Su amado era un hombre atento, responsable, cariñoso, noble, cuidadoso y la señorita K podía manejarlo con su blanco dedo menique, la subía y la bajaba, era su pequeño servidor. El día de su boda la señorita K preparó el mejor pastel de su historia: de tres pisos, con diminutas rosas rosadas comestibles que adornaban la pasta dura , lisa y blanca.

Con los años su marido empezó a enfermar, no podía respirar, se ahogaba con facilidad al hablar, los doctores le dictaminaron pulmonía. La señora K y su marido iban a cumplir diez años de casados, su ambición era preparar un pastel más espectacular que el de su boda. El hombre estaba en cama, incapaz, ahogado y la señora K en la cocina preparaba su pastel con dedicación y excesiva dulzura.

La torta iba a estar lista, a punto y el marido murió. La señorita K, esperó con paciencia sentada en su silla isabelina de tapices floreados y su tejido croché en mano a que la torta estuviera lista, la llevó al cuarto, la partió cuidadosa y perfectamente con un cuchillo brillante y afilado, partió 50 pedazos, sirvió dos, se comió el suyo y el otro lo dejó al lado del cuerpo del marido al que nunca dejó respirar.

La señorita K dejó de hacer tortas. Después de ser una obsesiva del orden y el aseo en su casa, dejó que el polvo se acumulara en los muebles de madera tallados, y cada 6 de Noviembre el pastelero de la esquina le guardaba la más fina torta, por la cual ella pagaba un precio exorbitante, no tanto por su elaboración, mas por su descomposición, y así, la señorita K iba a la pastelería muy arreglada, recogía su torta descompuesta, iba a casa, ponía la mesa con la vajilla antigua, partía la torta en 50 pedazos de los que relucían hongos, mohos y olores, se comía su pedazo y así estaba enferma días y semanas, cada 6 de noviembre el día en que murió su marido.

6 de febrero de 2010

Made in England de Doris Lessing


Estaba claro que quería leer alguna novela de una autora “mujer” contemporánea. Pero no quería leer una autobiografía y menos una de un premio nobel, pero todas las opciones que me daba el vendedor (que en realidad no sabía mucho al respecto) no me resultaban atrayentes, así que me senté con cinco libros en la mesa de lectura de la librería: dos de mujeres y tres de hombres, al final escogí dos y le dije a mi madre “no sé cual llevar, escoge tu uno”.

Lo que me atrapó de este libro fueron sus primeras páginas realmente divertidas y el hecho de que fuera a ser narrado en Londres: una joven escritora nacida en una colonia inglesa africana se embarca con su pequeño hijo a vivir el supuesto “sueño ingles”. Pero como siempre los sueños no resultan tan placenteros como esa palabra “sueño” suele significarlos. Ni la ciudad Londres resulta tan maravillosa, hermosa y atractiva como se suele pensar, muchísimo menos para un inmigrante.

Así que para mi desgracia y la de la autora protagonista real, Londres y sus habitantes de clase media baja en los años 50s resultan tan desagradables y enfermizos como los de, quizá, cualquier parte del mundo: violencia en las familias, mujeres amargadas y apocadas, separaciones, hijos sin sentido, mala educación, estrechez económica, frustración económica, deshonestidad, injusticia social, injusticias de género, corrupción y ladrones de dinero (o “vivos”) por doquier, sumándole una ciudad en postguerra, con casas semidestruídas, grietas, podredumbres, hambre, gente amargada, viejos olvidados, hijos desaparecidos y amantes o amores muertos en la guerra pasada.

Así, este libro resulta entre miserable y divertido, gracias a la capacidad de la autora de hacernos llegar a un punto donde ya no nos sorprendemos de la podrida humanidad sino que nos reímos de ella y la encontramos hasta a veces tan normal y común, pensando “era lo que se esperaba”. Tanto, que en los últimos acontecimientos personales de mi familia extendida por parte de mi madre, el otro día, almorzando juntas, ya no nos sorprendíamos de las insensateces e incoherencias de los tíos, primos y abuelos, sino que nos reíamos del carácter tragicómico de todo lo que les sucedía.

Por lo general he sido yo una chica bastante criticona, juzgona y llena de prejuicios. Pero últimamente lo he dejado un poco, no por el libro, primero fué la actitud y después el libro. Pero Doris Lessing se da garra literalmente, porque en medio de tanto desastre humano ella no chista ni mu, ni un mínima miserable queja, se quejó un par de veces de ella misma, pero no de los demás  que desgracia, ella lo soporta todo, en realidad no debe soportar nada porque no le pasa directamente a ella sino a los que viven en esa casa inglesa en la que le alquilan un cuarto. A mí me sorprende la actitud de Doris siempre tan comprensiva sin ser una idiota a la que se la monten o una consoladora de las desgracias de los demás, ella entiende, no juzga, escucha, sabe cómo mantenerse al margen, sabe cuándo se debe involucrar,  osea casi nunca, nunca una palabra de crítica ni de queja para con ellos: una familia absurdamente disfuncional, una mujer que se mete con los tipos menos indicados como por variar y un estafador.

Quizás este libro sea como una patada en la cara para mí: siempre tan juzgona y criticona. Mi madre, que escogió el libro y no tiene idea de que trata,  que días me decía “es que uno debe ser amable con la gente”, pues yo pienso, si, uno debe ser amable con la gente si ellos no son antipáticos contigo, pero ser amable no significa ser lambón, ni significa dar MAS de la cuenta en cuanto al buen trato, solo es cuestión de tratar bien a la gente, no juzgar, no criticar y mantenerse al margen, no dar consejos pendejos de lo que deberían o no hacer y si ellos hablan de sus cosas personales, escuchar no más.

En fin, casi boto el libro a las primeras cien páginas, pero después lo retomé y me resultó en medio de su miseria e ironía, pacifico, tranquilo, llevadero, agradable, suave, desestresante, ameno, y al final resultó siendo una pequeña lección de vida. En realidad también lo seguí por mi curiosidad de saber como hace una mujer joven, con un hijo y sin casi dinero, con aspiraciones a ser escritora para arreglárselas en una ciudad tan hostil en la postguerra. Y creo que en definitiva luchar no significa esfuerzos descomunales de inteligencia, trabajo y sufrimiento, quizá luchar solo sea cuestión de tenerse paciencia a uno mismo y a los otros, quererse lo suficiente para hacerse respetar y respetar a los otros. Pero en una cosa no me he equivocado: el que quiere lograr los sueños más personales y pasionales debe ser disciplinado y nunca, pero nunca, pero nunca jamás dejar de creer en lo que se quiere así todos te digan que no vas a lograr nada con ello, así fue Doris Lessing.

31 de enero de 2010

Todo en Otra Parte - Carolina Sanín



Quizás algunas historias colombianas deban ser contadas en formas inverosímiles, en realismos mágicos, en tiempos remotos o en contextos casi descontextualizados de la realidad, para que no duelan tanto, eso es, para que no duelan tanto. Como una prueba psicoanalítica donde le piden al paciente que relate historias que se le ocurran inmediatamente  a partir de un dibujo que ve, y según dice el funcionamiento de tal prueba si la historia es contada en un pasado muy lejano o con mucha fantasía es porque el paciente debe tener algún tipo de relación bastante conflictiva con el asunto narrado y el significado del dibujo, o no es muy consciente de tal asunto porque precisamente le duele de sobremanera.

Leer ese libro, Todo en Otra Parte, fue realmente difícil, al final lo acabé solo por mi incapacidad de empezar un libro y no acabarlo, y cada hoja que pasaba pensaba ponerle un calificativo bien negativo, pero al final,  ya no sé ni que pensar exactamente de este libro, o bueno si sé, pero no en términos de darle una evaluación positiva o negativa.

Dicen teorías o hipótesis psicológicas o neuropsicológicas que la gente pierde la memoria después de un evento determinado, porque tal evento ha sido de una magnitud tan dolorosa para quien lo vivió, que ni el mismo cerebro o ni la misma persona se permite recordarlo, y como la memoria es algo tan complejo y tan confuso fisiológicamente o funcionalmente tan difícil de explicar, no solo se pierde a veces la memoria del evento doloroso sino la memoria de ciertos tiempos del pasado.

Los desmemoriados, por lo general, o los desmemoriados a medias (memoria retrograda o Alzaimer) hablan de una forma, para mi, espeluznante, narran hechos y situaciones como desconectados de una realidad y sobretodo desconectados de una emocionalidad, dicen cosas como por ejemplo en el libro “y le sacaron el bebe muerto de adentro” o “una mano le olía a piscina y otra  a vagina” o “le puse la lengua contra el paladar para que no se la tragara” o “unos despertaron vivos y otros muertos”, etc, etc. Y así, en esta historia todo es contado como si “no pasara nada”, como si todo fuera indiferente, pasajero, “normal”, sin exaltaciones, con una emocionalidad totalmente plana, como cuando un robtsito cuenta una historia, como el locutor-maquina de trasmilenio que dice “próxima parada Marly” y así. O como cuando los niños hablan de la muerte, o las heridas o la sangre o el sexo, hablan con una inocencia que asusta e incómoda.

Me deja un nudito en la garganta este libro, otra vez vuelvo y pienso que la vida o eso que uno cree que es la vida, puede ser pisoteado en un instante por no sé qué o no sé quién: la guerra? La muerte intrusiva y violenta? La violencia? El poder extremo? Las armas, la sangre, el miedo? Las bombas, los secuestros, las masacres?. Y de pronto todo eso que pensábamos que era vida se convierte en una historia inverosímil, indiferente, sin sentido, como si por ejemplo el amor, el trabajo o los amigos (esas cosas tan simples pero tan fundamentales de las que está compuesta la vida) pasaran ser hormiguitas que pasan por ahí nada mas, y ya nada fuera importante, y ya nada tuviera sentido, y ya nada valiera, como si la vida misma se conviertiera en un cuento pendejo de niños, nada de lo que antes daba sentido a la vida.

Así quizá sea un poco este libro: una narración de una vida que ya no es vida, que alguna vez fue vida, pero que de pronto perdió toda su coherencia, su sentido, su emoción y su valor. Así es, todo que en otra parte.

23 de enero de 2010

Me llevé puro miedo de castración, de esa casa

Ayer fui a la casa de Jorge Eliecer Gaitán, y fue toda una experiencia para mí. He de decir que me siento como una despatriada voluntaria o como una indiferente de la propia patria y su historia, sea como sea su historia, aburridísima u horrorífica.


Este interés por la historia de un país propio se le deberé a alguien, mas no a mí misma y aprovecho para darle mi agradecimiento. Alguien a quien le gustan los objetos viejos, las casas viejas y la arquitectura vieja y por supuesto la historia. Y yo no soy, no soy de esas personas, no quiero tener objetos viejos, aunque la estetica lo antiguo me parezca hermosisima y me guste mucho, prefiero fotografiarlo no más, pero que no tenga nada que ver conmigo. Y no se hasta que punto eso este bien o mal, ser tan desarraigado de la propia historia y de la historia del propio país de paso. Y bueno hay pasados que duelen demasiado y lo único que uno quiere es destruirlos, y cuando el pasado se convierte en una figura tan desagradable, también te vuelves indiferente a otra clase de pasados (una colombianada muy picha esta la mía), habrá que empezar arelacionarse con el pasado de una forma no destructiva.


Pero a mí, ir a esa casa, me dio una melancolía extraña, que solo asimilé a la hora dormir y que no me dejó dormir muy bien. Se me venían a la cabeza una y otra vez las imágenes de ese cuarto matrimonial azul, oscuro y antiguo, y las del pequeño cuarto rosado lleno de muñecas antiguas y un olor a viejo apestante. Cuando salí de la casa no pude saber exactamente cuál era el sentimiento que se respiraba en ella, pero No era ese sentimiento que he percibido en otras casas antiguas de Teusaquillo vacías y abandonadas. Esa casa era como si algo hermoso y grande se hubiese quedado detenido en el tiempo para pudrirse, como cuando uno tiene un pan delicioso para comerse y alguien llega te corta un pedazo de un tacazo y te dice ese otro pedazo delicioso de pan No te lo comerás, ese otro pedazo se quedara ahí para pudrirse en el tiempo.


Y anoche sentía miedo, pero no miedo de una casa antigua, sentía un miedo personal, el miedo de la frustración, el miedo de que me quiten algo, el miedo de que de pronto me quede sin mis anhelos, sin mis sueños, sin mis seres amados, y el miedo e quedarme estancada por una perdida.


Y no tengo idea de si alguien de esa familia se quedó estancado, pero en ese cuarto matrimonial hermoso y olvidado, oscuro no se si por el tiempo o por la luz, fino y en decadencia, se respira pura frustración y ganas de olvidar, y en el cuarto rosado de una niña de diez años, se respira un “no entendimiento”, un orden estricto y la esperanza confusa y envenenada de no sé qué.


En esa casa hubo gloria, hubo altísimas ilusiones, hubo felicidad en medio de la dificultad de las grandes ambiciones, pero de pronto sin saberlo todo fue cortado con un cuchillo muy afilado para desangrarse en el tiempo, y de la belleza, y de la ilusión, y de los sueños, solo quedan cosas que se pudren con el tiempo. Una gran castración, una gran castración, en el país donde se castran los deseos.


Creo que me llevé de esa casa el miedo a la frustración repentina. Y no es solo melancolía lo que se siente, se siente mucha tristeza y No por Jorge Eliecer Gaitán (en su estudio solo se respira un pasado trabajado arduamente y descontinuado), se siente tristeza por lo que pudo haber sido de esa familia y esa casa, de su esposa y su hija, que pueden ser la representación de lo que hubiera podido ser de esta sociedad que se va pudriendo cada día mas.


Fotos no tomé porque no dejaban y si pudiera no sé si lo haría y aunque no quiera la verdad, quizá sea una buena forma de empezar a relacionarme no destructivamente, ni temerosamente con el pasado por más doloroso que sea este.

Y no se los demás, pero cuando se trata de sentir cosas en casas antiguas yo me mando una alta sensibilidad, para eso y muchas otras cosas mas, y no me la voy a negar, mi sensibilidad a veces exaservada, la uso para este tipo de cosas tambien.

3 de enero de 2010

Libros del 2009


 


Libros del 2009 con calificación de uno a cinco.

1.      Orgullo y Prejuicio de Jane Austen. 5.
2.      Del Amor y Otros Demonios. Gabriel García Márquez. 5
3.      Negra espalda del tiempo de Javier Marías. 3
4.      Ulises de James Joyce. Inacabado. 5
5.      Emma de Jane Austen. 4
6.      La casa de los Encuentros de Martin Amis. 5
7.      La guerra contra el Cliche de Martin Amis. 3.5
8.      Estrella Distante de Roberto Bolaño. 5
9.      Harry Potter and the Deathly Hallows. J.K. Rowlling. 4.
10.   Dublineses de James Joyce 5.
11.   El beso de la Mujer araña Manuel Puig. 3.
12.   El Viajero del siglo de Andres Neuman. 4.
13.   Ciega a Citas de Carolina Aguirre. 3
14.   Vampyr de Carolina Andújar. 3,5
15.   Amor Perdurable de Ian McEwan. 4



- Autores Mujeres 5 de 15 muy bien, podría aumentar, debe aumentar: Austen 2, Aguirre, Andújar, Rowlling.


- Autores latinoamericanos o hispanoparlantes 7 de 15, muy bien:  Marías, Puig, Bolaño, Andújar, Aguirre, Neuman, Marquez.


- Autores ingleses 8 libros de 15, siguen siendo muchos: Amis 2, Austen 2, Joyce 2, Rowlling 1, McEwan 1.
- Autores de otros paises 0.


- Literatura ficción o autobiiografia 14 de 15.

- Ensayo 1 de 15, mal. Amis

- Literatura contemporánea 11 de 15, demasiados.

- Clásicos 4 de 15, podría aumentar: Jane Austen 2, Joyce 2.


- Autores nuevos 4 de 15. Siguen siendo muy poquitos: Jane Austen, James Joyce, Manuel Puig, Andres Neuman.
- Autores (No libros) repetidos 8 de 15, siguen siendo muchos: Gabriel García Márquez, Martin Amis, Roberto Bolaño, Andújar, Carolina Aguirre, Javier Marías, J.K. Rowlling, Ian McEwan.
- Más de un libro del mismo autor 3 de 15: Martin Amis, Jane Austen. James Joyce.


Este año (15) leí menos que el año pasado (22), pero este año trabajé mas, y para haber trabajado como trabajé, haber leído dieciséis libros  no está mal. Además los libros que compré para el 2009 no me resultaron muy buenos y perdí tiempo considerable empezando a leer varios que no acabé.

Hay que leer mas:

Mujeres

Ensayos
Autores nuevos
Clásicos

Autores de otros paises (no latinoamericanos ni ingleses)