30 de junio de 2010

Firefox, una banda de chicas

Yo no sé como vine a dar con este libro exactamente, leí el nombre de la autora alguna vez en algún sitio que no recuerdo, sitio pagina virtual, supongo que lo apunte en una de las tantas listas de libros y autores que tengo y que me llevo conmigo hasta la Patagonia pero que nunca saco para leer cuales son los autores o títulos que me interesan, así que en ese sitio donde venden los libros más baratos del mundo, me pille a Joyce Carol Oates y sí, mi memoria es pésima, pero yo quería leer libros de mujeres así que algo quedo en mi cabeza, y no iba con la intención ni medianamente consciente de buscarlo de encontrarlo, porque esos libros de autores mujeres contemporáneas casi no se consiguen y no me lo pensé dos veces y lo compre con otros tantos.

Los autores gringos no me llaman la atención, prejuicios pendejos, aunque cada vez la cultura gringa me cae mejor, si mátenme por lo que digo, pero cada vez los entiendo mejor, trabajo para ellos, ellos me pagan y casi todo bien. Gente muy reprimida la gringa, muy ingenuos de corazón y con una sensibilidad artística particular: una mezcla de bondad con algo alternativo, y esa ingenuidad quizá también es la que los lleva a los extremos de la psicopatía. Y como Carol es de mi banda de chicAs yo no iba a dejar de leerla solo porque fuera del hemisferio norte, menos cuando los autores hombres no llegan aun a un entendimiento de las mujeres que a mí me convence.

Ella lo entiende todo y cuando digo todo es todo. Entiende los principales prototipos de feminidad, allí en esas cinco chicas de Firefox, convergen quizá todos los prototipos de mujeres posibles: sexys, tímidas, rechazadas, populares, intimidantes, gordas, tontas, reprimidas, extrovertidas, femeninas, masculinas, inteligentes, analíticas, lesbianas, heterosexuales, bisexuales, princesas, rebeldes, humilladas, humilladoras, divertidas, fanfarronas, serias, irónicas, sensibles, lo único que tienen en común las cinco chicas de Firefox son sus familias desastrosamente disfuncionales, que bien, eso se parecía mucho a mi. Créalo, así es la genialidad de esa autora, por eso y por entender también a la perfección el mundo de una mujer adolescente en la peor institución del universo: el colegio.

Ella entiende ese ámbito agreste, ridículo, estúpido, que si te duermes te come vivo. Lleno de esos profesores trastornados y de esos chicos idiotas si de esOs chicOs idiotas que a esa edad son incapaces de entender nada de una mujer, o del género opuesto. Pero también es iluso, quien no hubiera dado lo que sea por perteneces a una banda como Firefox, una banda de chicas, una banda que lucha por la Justicia, en un ámbito donde pulula la imperfección propia y de los otros y donde los que se creen perfectos se aprovechan de ello de las formas mas macabras. Eso es iluso Legs es una ilusión de las más grandes que uno pueda tener: una líder mujer que defiende a otras mujeres en la pubertad en la mísera pubertad! Uno se enamoraría de Legs claro, que fuerza, que sentido de la justicia, pero ella solo existe en los libros. La realidad es que los incompetentes sociales nos quedamos sin defensores en el colegio y para siempre hasta que uno aprende a defenderse, la realidad es que ese podrido mundo de los colegios seguirá siendo un asco y Firefox es solo una utopía hermosa y claro, peligrosa.

Yo encontré a mi Legs alguna vez, pero ya era grande y ya me había defendido sola, en realidad nunca tuve que defenderme yo siempre estuve al margen de los idiotas aprovechados y de los que fueron aprovechados (creo que en ese sentido CH me puede entender, yo se que el fue un poco asi), a mí nadie me tocaba, nadie me hablaba, nadie se metía conmigo ni para bien ni para mal, era una especie de bicho raro literalmente en mi colegio, Andrea? Esa vieja es rarísima, no habla, no dice nada, no se mete con nadie, está en otro planeta. Y sí, yo siempre estuve en otro mundo pero ese es otro tema. Pero aun así era como una observadora, los entendía a ellos a todos, no entender en el sentido de comprensión bondadosa, no! La empatía no es lo mío (por eso deje la psicología). Yo solo sabía que había en cada uno de sus corazones, que pretenciosa, pero así es, y aun lo sé a donde vaya, a quien conozca, se ver adentro sin hacer tantas preguntas, y quizá por eso ellos se mantenían al margen y lo siguen haciendo (venga, soy una ilusa, es una hipótesis no mas).

Legs me hace acordar mucho de JQ, su casa desordenada, espontanea, llena de objetos que uno no entiende porque están ahí, el olor a hogar, si la casa de JQ tiene el olor a hogar, no como la mía: perfectamente ordenada y con sentido, sentido, que ironía. La casa de CH también es como la de Legs, con esas paredes de papeles viejos, olor a perro, gente por aquí por allá, los mismos objetos sin sentido, el desorden, la falta de armonía estética, el olor a hogar. Ellos tiene la fuerza de Legs, el sentido de justicia de Legs, la perspicacia, la astucia y por eso los amo, pero ellos no fueron líderes de cambio como Legs, por eso Legs es una ilusión, y yo soy como Maddy esperando a ver que dicen, que hacen, analizándolo todo, observándolo todo, con ideas extrañas, un poco tímida, nada empática, más bien juzgona, miedosa, leal, con la nevera llena de comida vieja, pasada, y ellos siempre llegan ahí a comerse eso que uno no se come, a meterse en la cama de uno en la que si duermen, a desordenar la casa perfecta, a hacer ruido en la casa silenciosa, asi es la casa y la nevera de Maddy, lo juro, y así es la mía, ellos lo saben.

2 comentarios:

Gabriel Umaña dijo...

Desde hace un tiempo, cada vez que visito una librería me encuentro con algo de Joyce Carol Oates. Ni si quiera me he atravido a tomar algún libro por el prejuicio de ser un producto netamente comercial. Pero bueno, se abona que gran parte de los males del mundo se deben a los prejuicios.
Lo tendré en cuenta, tal vez algún día lo lea, pero por lo pronto me sigo con el prejuicio.
Un abrazo.

Andrea Carolina dijo...

como es ese prejuicio, cuéntame mas,de donde viene?