Me parece que no puedo juzgar al personaje de este libro, parece que todo lo hizo perfectamente bien porque lo hizo porque quería, así a muchos les parezca que hasta el amor sacrificó y que por eso su vida haya sido miserable, posiblemente sea este un personaje muy descriptivo de lo que son muchos hombres, del género masculino me refiero, hombres que dan la vida entero por sus sueños y ambiciones profesionales, académicas o artística, por hacer el mejor trabajo posible. Hace poco tuve una discusión con alguien sobre este tema, este tipo de hombres, todavía me cuesta entender a los hombres así, pero quizá con este libro me di cuenta que no es que no esté ahí el deseo o el anhelo del amor romántico, solo es un anhelo sublimado en otros sentidos y como dicen por ahí “la procesión la llevan por dentro”. Y siempre están las mujeres que están detrás de estos hombres que no dan su brazo a torcer y son las que más tienen que perder, pero es que los hombres que están dispuestos a sacrificar el amor romántico en sus vidas por otros objetivos, son hombres muy admirables y atrayentes, y fijarse en un hombre así es peligroso puede ser la perdición para una mujer.
Al contrario de lo que pueda decir la reseña del costado del libro no me parece tan amarga y cruel la historia, no mucho mas de otras historias realmente amargas y crueles que he leído, hay que ver lo que realmente es amargura y crueldad no? (amargo y cruel Nieve de Pamuck, eso si es una tristeza todo el tiempo dios mío!) Y tampoco me parece que haya duda alguna en cuanto al concepto de dignidad, dignidad por parte de los dos personajes miss Kenton y míster Stevens, en resumidas cuentas se puede decir que eso es dignidad: vivir una vida según los propósitos que se tengan y ser consecuente con lo que se vive y se vivió. Uno quiere muchas cosas en la vida, pero al final siempre hay que escoger algo entre las muchas posibilidades que nos presente la vida y uno siempre escoge lo que quiere, decir que otras posibilidades hubiesen sido mejores, eso es muy debatible, porque hasta no haberlas vivido no se sabrá, y como no podemos vivir todo lo que quisiéramos o como no podemos tomar todos los caminos posibles en la vida nunca podremos saber que habrá sido mejor.
¿Amores no confesados? No lo creo, el amor se puede confesar de tantas formas. Esta no es la historia de un amor que no se vivió, es la historia de la decisión de un hombre y una mujer que decidieron sus vidas muy conscientemente. Yo creo que voy dejando de creer en los amores no confesados, creo que al final uno lo dice todo así no sea con las palabras directas y como siempre son las mujeres las que hacen todos los intentos posibles hasta el final para vivir el amor que quieren, pero si el otro no lo permite no hay nada más que hacer. No, no hay que decir “te amo”. “te quiero” y todo eso, lo mismo de siempre, para saberlo, y ese es el encanto de Ishiguro, que es sutil, es prudente, delicado, es sensato, si muy sensato en su historia, sus diálogos, sus personajes, sin que por eso estos pasen por hipócritas, poco reales, verdaderos o creíbles , sin que dejen de ser auténticos y valerosos . La hipocresía es otra cosa pero no estos personajes, una cosa es no expresar directamente lo que se siente y otra cosa es la hipocresía.
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