Ciertamente esta reseña no podía escribirla con un té al lado, así que me tomo un café sin azúcar y como ponqué Ramo porque es media mañana y estoy cansada.
Porqué tienes que ser tan asqueroso Martin Amis? Siempre que termino un libro tuyo digo no me leo ni uno más de este y vuelvo y caigo redondita tarde o temprano, como esa pobre personaje de tu libro Rachel, cae redonda.
Siempre espero que tus personajes se reivindiquen de alguna u otra forma y a veces me lo creo que se han reivindicado pero al final le pegas una patada a la ilusión de los pobres lectores.
Saben porque no me puedo tomar un té mientras escribo esto? Porque quedaría como la pastelosa, ingenua, delicada, sutil, femenina, pura, inocente Rachel. Bueno haciendo una analogía entre esas idioteces de “tomar el té” y las mujeres, en fin.
No tienes que ser tan extremista Martin Amis, una mujer y un hombre también pueden ser unos bastardos, unos cochinos y también pueden ser delicados, sutiles y clásicos en la cama. No? No te lo crees? Todavía tienes que dividir a las mujeres entre putas e inocentes? Y a los hombres entre bastardos y tontarrones? O los hombres todavía dividen a las mujeres entre putas e inocentes?
No hay nada de malo en ser Rachel y esperar a que te hagan todo como una princesita y no hay nada de malo en ser, también, Gloria y hacer “cochinadas” en la cama. Oh veamos “cochinadas” el sexo tan mitificado, taaaaaan!!!
Uhm no, el mundo, el amor, las parejas no deberían dividirse entre las sucias y las pulcras, entre las espontaneas y las obsesivas controladoras, entre las hipocrititas y las confrontativo, entre las que se autoengañan y las que se lo dicen todo. Pero a veces pasa o pasa mucho? Y este libro me hace pensar en esas parejas que nunca fueron capaces de reírse de sus propios pedos, o decirle al otro por la mañana ”tienes aliento de dinosaurio”, o esas parejas que se excusan de sus imperfecciones, de sus granos en la cara, de sus ronquidos, que se excusan de sus “temores” , de su patetismo, de sus peores historias. Parejas que se excusan y evaden sus oscuridades, esas parejas que crean una ilusión de gente sana, sin problemas, que ya supero todos sus traumas, parejas que se engañan en sus historias de vida, parejas como Rachel y Charles Highway
Cuando Rachel se mea en la cama de Charles y este se despierta y la encuentra sentada ala lado de la chimenea apenada y el va y se le arrodilla diciéndoles “no te preocupes yo me orine en la cama hasta los 18 años” que clase de actitud es esta? Cuando Charles trata de que la princesa Rachel se lo mame y esta no puede y hace cara de asco y a parte Charles se siente apenado y no es capaz de decirle nada, que clase de actitud es esta? Cuando Rachel le dice a Charles que le ha mentido con respecto a su padre, que la verdad es que su padre labandono a ella y a su madre y jamás en la vida volvió a hablar con el, y Charales siente que Rachel es una idiota por no haber sido capaz de decirle la verdad desde el principio, pero la convence de que sigue siendo encantadora como siempre… que rayos hacen?
Bueno supongo que esto pasa en todas las parejas: 1. o se excusan ambos de sus defectos, se los toleran impíamente, hacen como si nada pasara, como si no les molestara en absoluto y siguen así eternamente (lo cual es la opción más patética). Ese tipo de parejas abundan en esta sociedad colombiana de estrato 3 pa’rriba y entre mas arriba Peor; 2 o se confrontan, le dices lo mucho que te molestan sus defectos, se lo dices toda a vida, peleas toda la vida, te jodes toda la vida; 3. o como Charles, eres un malparido hipócrita que jamás le dice nada Rachel de lo que le molesta pero vive quejándose siempre, y sigues siendo un doblemente malparido Charles y abandonas a Rachel con un niño a bordo sin decirle que eres su padre, como “todo un hombre” (según Charles), y el tipo se va a estudiar literatura en Oxford, uhm que mal quedan parados los literatos y los de Oxford.
Oh bueno Rachel tampoco se salva de su patetismo, ella vuelve con su exnovio (apenas termina con Charles) que jamás le hizo sentir un orgasmo, Charles si lo hacía, oh bueno Charles tenia cosas buenas en la cama y el libro resulta muy caliente a ratos. Por eso ellibro es un asco, los dos personajes al final resultan siendo terriblemente patéticos, en fin.
Lo mas triste es que hubo amor, oh si créanme, hubo amor, pero ellos mismos aplastaron el amor, el amor no tiene la culpa de nada, pero el amor tampoco nos salva, no el amor romántico, quizás solo el amor propio nos salve, el amor romantico solo esta ahí, va y viene, y ellos se destrozaron el corazón.
El libro es regular, no es el primero de Martin Amis? solo es un borrador de todo lo que serán sus libros, una premonición, si lo hubiera escrito a los 50 hubiera sido increíblemente mejor. A ratos resulta muy romántico meloso, o muy caliente o muy adolescente, en fin es extremista y a ratos un tanto superficial.
2 de enero de 2011
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Uff.., buscando una reseña sobre la novela de Humberto Ballesteros me encontré con un artículo de Carolina Sanín de quien me pareció haber leído algo en años anteriores; así que busqué el título de la novela que escribió y por casualidad llegué a este blog. Lo que primero leí del blog fue el titulo "El libro de Rachel - Martin Amis", lo cual me transportó a la época en que me dio por leer novelas inglesas (McEvan, Ishiguro, Amis, Lanchester, Kureishi...) y el libro de un editor europeo que, entre otros, me hizo saber que Houellebecq existía. Descendí hasta el artículo sobre Sanín y lo leí para al final no lograr recordar si leí “Todo en otra parte”; subí hasta el artículo de "El libro de Rachel" y a medida que lo leía volví a recordar la "frialdad" de las letras inglesas, que también he experimentado de forma extrema en algunos escritores franceses (Robbe-Grillet y su combo). A medida que avanzaba reconocí que sí: hace varios años cuando leía "El libro de Rachel", sentí algo raro en los personajes. Te doy la razón en cuanto a esa hipocresía consoladora que desarrolla cada uno; por supuesto esa debe ser la crítica de Amis, mostrar su desarrollo. Ahora que escribo recuerdo la lectura que hice de “Alma fugitiva” de Harol Brodkey, vaya si fue un choque contra el muro. Si no lo has leído te lo recomiendo… junto “Al cuarteto de Alejandría” de Durrell que acaba de hacer aparición en mi memoria. Vaya mezcolanza de recuerdos…
Publicar un comentario